CAPITULO 37

71 11 13
                                    

— Señorita, ¿prefiere las galletas de chocolate o los scones? — acomoda el jarro con jazmines blancos en el centro mientras la menor se colocaba sus guantes blancos.

— Los scones, quiero que estén bien rellenos de mermelada, esta vez me voy a atascar de azúcar — suspira y se retira el poco sudor que tenía en su frente con su antebrazo — Necesito un vaso con agua

— En seguida — empieza a caminar en dirección a la mansión por una jarra con agua para la menor.

— ¡Y con hielos, por favor! — grita al verla que ya se alejaba más, soltó un quejido de cansancio, sentándose en una de las sillas, lo bueno era que estaban bajo la sombre del roble — ¡Que calor! — se queja para luego sacar su abanico y proporcionarse aire.

Hoy sería un buen día, ya que justamente era el turno de ella dentro de su grupo de amigas en invitarlas a una pequeña merienda y también para pasar un rato conversando o tal vez para jugar, nunca se sabe.

Así que decidió montar una mesa en su jardín, emparedados, frutas como uvas y fresas, jugo de naranja y por supuesto, lo más importante, los postres, debe de estar perfecto si quiere impresionar a sus amigas de la mejor manera.

Además, tuvo que estar eligiendo la temática de su pequeña fiesta, porque en realidad eso quería hacer, así que eligió el tema de princesas, era por eso que llevaba guantes y una tiara; misma que fue un regalo de su padre por su cumpleaños numero nueve, era de oro y tenía diamantes que manejaba la compañía.

Recordando en esta mañana que le envió una carta a Ciel para poder comunicarse con él, esperaba que pudiera llegarle rápido y tener noticias de su día a día; aparte, también quería saber sobre su estado después de aquel incidente.

— Linda tiara — toma asiento mientras se cruzaba de piernas — Te quedaría mejor con un atuendo dorado y mucho brillo

— Lo mismo digo, tienes una corona increíble, pareces una princesa rusa

— Fue de una princesa rusa, no recuerdo el nombre, solo sé que mi papi me la ha conseguido hace una semana debido a mis excelentes notas

— Debió de costar una fortuna

— Ni te imaginas — toma uno de los sándwiches comiendo uno — A propósito, escuché que el equipo de tu hermano les ganó a las casas de Weston College

— Menos a Green Lion

— Creo que eso es obvio, ahí juega mi queridísimo Alec Obsorn

— Déjame adivinar, el amigo de tu primo

— Lastima que estuve castigada ese día, si no lo hubiera estado, tal vez y me hubiera hecho notar como animadora, así tal vez y lo pudiera conquistar

— ¿Qué no amabas a Gilbert?

— Soy una coleccionista de hombres, no puedo decidirme

— Claro y entre ellos está tu adquisición de oro, Albert

— A Albert ni siquiera lo tomaría en cuenta ni en un millón de años, solo me gusta coquetear con él y eso es todo

— Pobre Albert

— Ni tanto, que también es un coqueto con mi sirvienta, Lara — se cruza de brazos — Maldita zorra

— Delancy — la mira sorprendida.

— Tú una vez dijiste golfa — regaña.

— Pero aquí en mi casa no, que mi padre nos va a escuchar y te juro que vamos a recibir el discurso más aburrido del universo

Innocent Soul: La Belleza De Un Alma Pura  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora