CAPITULO 25

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— Mira, hija, aquí encontraremos los mejores vestidos — señaló una boutique exclusiva en donde las tres damas decidieron entrar.

— Oh, pero que precioso modelo — expresa al ver el maniquí de un vestido de mangas largas, era simple, pero tenía un bellísimo encaje en el cuello, era de un color azul pastel.

— Tienes razón, ¿por qué no buscas más vestidos?, no elijas solo uno, toma varias opciones

— Si, mamá

— Entonces no te alejes mucho, tu abuela y yo estaremos con la modista

— De acuerdo — comenzó a recorrer la tienda, encontrando bellos conjuntos, últimamente estaban de moda los vestidos con mangas bombachas, pero parece que a ella no le quedaría bien, así que descartó por completo cualquier modelo con ese detalle.

No tenía control ahora, solo escogía los vestidos más lindos que podría usar en el festival de verano, esa era la razón por la que estaban ahí, pudieron haber ido a la sastrería Hopkins, pero al parecer estaba cerrado.

Llevaba de varios tipos de vestuarios, con cuellos de cascada, cuello Jabot, herradura e incluso el marinero, de faldas con volumen y corte princesa; en realidad eran bastantes que parecía que estaba acumulando toda una montaña de ropa.

— Wow, eso si que es escoger ropa

— Bueno, me emociona bastante esto — ríe avergonzada.

— Me alegra ver que haya alguien como yo — al verla más de cerca recordó aquella cabellera rubia.

— ¿También te gusta la ropa?

— Me encanta y más si es adorable

— ¿Adorable?, como los cuellos de marinero

— Exacto, con muchos moños

— ¿Y brillo?

— También con brillo y algo más importante

— Colores pasteles y hermosos — dijeron al unísono, ocasionando que ambas rieran por aquella gran coincidencia.

— Soy Elizabeth Midfford, pero puedes decirme Lizzy

— Mucho gusto, soy Mackenzie Dankworth

— Yo te conozco de alguna parte — su dedo golpeaba su barbilla tratando de recordar su rostro — Oh, te vi el otro día, en el evento de la compañía Funtom

— ¿Tú eres entonces la prometida del conde Phantomhive?

— Es correcto — afirma contenta — Espera, ¿conoces a Ciel?

— Muy poco, a decir verdad

— Ya veo — comenzó a escoger del estante de ropa.

— ¿Es difícil?

— ¿El qué?

— El tratar con él — deja el montón de ropa por un momento debido a que le dolían las manos — No sé si yo sea la del problema en realidad, tal vez no le agrade

— No es eso — intervino — Él ha pasado por mucho, y no es que no le agrades, él es así, te trata algo distante, pero es dulce y amable

— A mi me trata como si tan solo respirar le molestara — bromea.

— Ah, entiendo — ríe levemente — Entonces le hace falta conocerte, no es alguien que se abre a los demás fácilmente y que obtengan su confianza a la primera — le da un gesto de amabilidad — Descuida, a mí también me trata de evitar, pero sé que le importo, no es de expresar sus sentimientos — respira hondo — Por eso quiero ser una buena esposa para él en el futuro, que vuelva a ser feliz

Innocent Soul: La Belleza De Un Alma Pura  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora