CAPITULO 33

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— ¡Suéltame, te lo ordeno!, ¡no sé quién seas, pero te exijo que me liberes! — gritaba desesperado, se encontraba atado a una silla — ¡Ayuda!

— Nadie vendrá a ayudarte, estamos muy lejos de los demás; por más que grites, llores y te lamentes, ninguna persona va a venir a tu rescate

— Mi esposo tiene razón, fue por esta razón que hicimos este bunker, sería muy estúpido deshacernos de ustedes si los llevamos a nuestro hogar y los demás huéspedes escuchen

— ¡Señora Checksville!

— Sorpresa — sonríe irónica.

— ¿Qué?, ¿usted está detrás de todo eso?

— Pues no debería de sorprenderte del porque uso medidas drásticas para cazar ratas como tú — mira a su lado para entender la gravedad del asunto, topándose con la castaña rojiza que se encontraba sobre una cama.

— ¡Imposible!, ¡qué tiene planeado hacer exactamente con esa niña!

— Oh, ¿te preocupas?

— Déjenos salir a ambos, le pagaré el triple si es lo que quiere y no diré nada al respecto — recibió una puñalada en su pierna, comenzando a gritar de dolor.

— No quiero tu inmundo dinero — murmura — ¡Quiero devuelta a mi hija!

— Querida, no descargues toda tu ira en este momento, recuerda que hoy es el cumpleaños de Giselle, ella merece tener su regalo

— Mi pequeña, es su día — balbucea y se aleja de Cameron — Es verdad, querido, por eso le prepare su pastel, con frutos rojos, como tanto le gustaba — su mirada se vuelve sombría — ¿Lo recuerdas Cameron Conrad?

— ¿Recordar qué?

— Hace 30 años llegaste aquí....junto a tu padre — empezó a contar — Y otros grandes empresarios de renombre, queriendo disfrutar de unas agradables vacaciones alejadas de la tediosa ciudad en la que vivían, una noche, bajé a atenderlos, dejando a mi hija en su habitación; aún recuerdo que le estaba leyendo un cuento — ríe dulcemente para luego comenzar a pasearse por la habitación — Se les acabó el vino, así que tuve que ir por una botella a la tienda del pueblo; mi esposo, estaba fuera de la ciudad — su voz era una mezcla de dolor y amargura, poco a poco opacándose — Y tú, decidiste aprovecharte de la situación y de tu estado de ebriedad, para ir con mi hija

— ¡Eso no es cierto!

— ¡La lastimaste, maldito!, ¡Violaste a mi hija y la asesinaste después!

— ¡No tiene pruebas de que yo hice eso!

— Tenía moretones en sus piernas y, además, dejaste eso en el suelo de su habitación — muestra un pin con el emblema de su apellido — ¿Lo reconoces? — sonríe al ver el terror en su rostro — Así que después de tu imperdonable crimen, los demás se enteraron y decidieron guardar silencio, sin tener en cuenta el dolor tan grande que me han dejado al arrebatarme a mi preciosa muñeca

— Señora Checksvillle, fue un error mío, estoy totalmente arrepentido, puede entregarme a la policía

— ¿Y ver cómo sales sin ningún cargo solo por ser de alta clase?, ni pensarlo; sería una venganza insaciable el dejarte tras las rejas, es por eso que eliminé a todos los que estaban aquel día y el platillo principal eres tú

— Por favor, no me haga nada — suplicaba mientras sollozaba.

— Yo no te haré nada — se dirige a la menor — Contacté a alguien, me prometieron que tendría a mi hija de vuelta, solo si encontraba un cuerpo; no tuve más remedio en secuestrar algunas personas, pero al ver que no me servían, bueno, los eliminábamos

Innocent Soul: La Belleza De Un Alma Pura  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora