Capítulo 3.

61.9K 3.8K 1.2K
                                    

Ada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ada.

¿Galletas? ¿No se le pudo ocurrir algo menos engordador como barras de proteínas o de dieta?.

Reparo las delicias redondas que huelen tan bien con el toque de canela que percibe mi sentido olfativo.

Me las como deleitando a mi paladar mientras termino de hacer las investigaciones que nos enviaron de la preparatoria en lo que se me va toda la tarde.

Al terminar, reviso en mi armario las opciones que me pondré para mi cita con Rayan.

¿Qué se debe usar para un partido de rugby?

Opto por una polera nude con un corte en la parte del ombligo cortesía de Em y unos vaqueros complementando con unos cómodos tenis.

Guardo un abrigo en mi bolsa y mi termo con agua fresca.

Ajusto la trenza que tengo desde la mañana, humecto mis labios con manteca de cacao y espero pacientemente a que me vengan a recoger.

—No llegues tarde, por favor —me pide mi papá irrumpiendo en mi habitación.

Niego y me besa la coronilla.

—¡Adaaaaaaaaaaa! —escuchamos canturrear a Emily —¿ya guardaste los condones?.

Mis ojos se abren como platos con mi padre al frente.

—Ok, se que es broma cariño pero si lo piensas hacer de verdad no olvides la protección.

—¡Papá! —chillo sonrojada.

—Mi amor, ya sabes lo que dicen. 'Más vale condón en mano que en nueve meses un hijo llorando.'

—Nadie dice eso, Peter —se burla mi amiga cuando entra a mi cuarto.

—Usted también señorita, control por favor.

—Sí señor —le responde con un saludo militar.

Bajamos emocionadas cuando oímos un claxon y Rayan nos espera afuera en su sedán vino, Em prácticamente me tumba hasta el puesto del copiloto donde ansío que me tome de la mano pero no lo hace.

En el camino él pone una música que dificulta evidentemente qué tengamos algún tipo de conversación.

¿Para eso me invitó?.

Pero trato de no darle mucha importancia, la noche está muy joven para poder divertirnos.

Minutos después llegamos a una amplia cancha sintética rodeada por gruesas gradas y mi corazón junto a mi estómago sufren otra vez ese quemor cuando veo que Milo es recibido cariñosamente por mi amiga que se le prende como una perezosa del cuello.

—Espero que hagas muchas anotaciones, guapo —le dice ella.

—Con una animadora como tú, seguro  —él acerca su cabeza sonriente.

¿Quién enamora primero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora