Ada y Milo, amigos en la primaria, se separan cuando él tiene que mudarse inesperadamente.
Años después se reencuentran en la preparatoria y en medio de una apuesta que involucra a sus mejores amigos empezarán un romance con sucesos que pondrá a pru...
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Milo.
Sus palabras fueron claras, no se quiere ir y no la voy a obligar a dejar a su papá...
Sigue dormida en mi cama producto del bajón así que dejo la película que se sigue reproduciendo en el plasma y sinceramente no le he puesto nada de atención.
Me instalé en mi portátil para llenar la solicitud que me advirtió mi tío donde específico a la carrera que voy a seguir y elijo nutrición.
La verdad los trastornos alimenticios me parecieron interesantes desde que hablé con Charlie y me gustaría ayudar a Ada y a otras chicas que pasen por lo mismo.
Hablando de eso, aprovecho y reviso su bolso en busca de alguna contaminación visual sobre adelgazar o frascos de laxantes o las famosas 'vitaminas'.
Me alivia no encontrar nada sospechoso, solo un paquete de pañitos húmedos, la manteca de cacao que tanto me gusta en sus labios, una sudadera y un cargador inalámbrico para su teléfono el cual también me tomo el atrevimiento de revisar para lo mismo y tampoco encuentro nada malo pero me duele ver que en el chat con Emily le ha escrito todos los días.
¬Tengo miedo, Em, hoy me toca control con el nutriólogo y creo que bajé de peso, no te quiero volver a fallar.
¬Empecé una maratón de Marvel, pero no es lo mismo sin tus comentarios sarcásticos ni halagos a Chris Evans mientras te atragantas de palomitas dulces.
¬Anoche no tuve la pesadilla, gracias bebé.
¬Te extraño hermana, pero sé que mamá te está cuidando.
Mensajes que te arrugan el corazón.
Daría lo que fuera por aliviar su dolor.
Ella se empieza a mover y vuelvo a la computadora dejando todo como lo encontré.
—Hey, preciosa.
—¿Qué haces? -se estira.
—Llenando mi solicitud para la universidad.
—Genial.
Bosteza todavía adormilada.
—¿Qué tal el viaje?
Me le burlo.
—Interesante, pero no se si quiera volver a repetirlo.
Se levanta y entrelaza sus brazos a mi cuello para dejar un beso en mi mejilla.
—¿Cuáles son tus otras opciones?
Pregunto un poco desanimado.
—¿Que?
—De universidades... ¿a qué otras aplicaste o quieres aplicar?
