Capítulo 31.

53.1K 2.6K 326
                                    

Ada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ada.

—Ada, preciosa, no creo que a tu padre le vaya a gustar esto.

—No te preocupes por eso y hazlo —le pido a Bailey.

—¿Estás segura?

—Qué sí, métela de una vez —me exaspero, divertida.

—Ok, ahí voy, tú solo relájate....3, 2 y

Hace el conteo regresivo y un gemido se me escapa cuando siento la aguja clavarse en el centro de mi ombligo.

Me coloco el piercing que me consiguió el mismo Bay y me paro de inmediato a verme en el espejo.

—Te luce increíble.

—Gracias, hace mucho que quería hacerme uno pero me daba vergüenza.

—Es lo que nunca debes sentir de tu cuerpo, eres maravillosa te pongas lo que te pongas.

—Adulador...

—Oye, ese es mi trabajo —mueve los hombros —Aquí están todos los textos y la foto que me pediste.

De su mochila saca lo que le pedí.

—Gracias, eres el mejor.

Le pedí unos cuantos libros y la impresión de captura del vídeo que me enviaron Milo y saltarín.

—Pero que ven mi ojos, un sexy piercing... —sale Charlie del baño y le blanqueo los ojos —yo quiero uno en el extremo de mi lóbulo, por favor.

Pide incómodamente por la tensión que hay desde que se que es la tipa con la que Milo me engañó en el avión camino a Inglaterra, me lo contó después de que él se fuera a breve rasgos porque no la quise escuchar mas, de razón lo veía como si se conocieran de toda la vida sin poder ocultar su emoción.

—Vale, pero les empezaré a cobrar por cada perforada —bromea Bay.

Ella se sienta a buscar el pendiente que se va poner mientras Bay esteriliza la aguja.

—¿Oye, vas a seguir así conmigo? —inquiere afligida —ni siquiera se que te he hecho...

—Perdón, es que sigo asimilando que te hayas cogido al que era mi novio —le sonrío sarcásticamente.

—¿Qué? —chilla sorprendida —¿de qué estás hablando?

—Ay no te hagas, igual tranquila que apuesto que no sabías que estaba conmigo porque seguro él no se molestó en mencionarme.

—Mira si te refieres a Milo, no se a que se deban tus insinuaciones pero entre él y yo no ha pasado nada.

—Aja, aunque es un poquito mayor para ti ¿no? —ironizo —¿Cuántos años tienes? ¿15?.

—Si, por lo mismo no he hecho nada de lo que insinúas —asegura —soy virgen, Ada...

—Sí claro, yo también.

¿Quién enamora primero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora