Capítulo 23.

44.4K 2.3K 312
                                    

Milo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Milo.

Una semana después.

Esta represión en el pecho y la rabia no pasan, por más que intento olvidarme de eso no puedo.

—¡Madison, despierta maldición!

La sacudo y refunfuña tapándose con las sábanas.

—Al menos que sea para un mañanero, déjame dormir, amor.

¿Amor?

Esa palabra está tan jodidamente sobrevalorada.

—¡Tengo que ir a la preparatoria, párate ya!

—¡Con un día que no asistas no se va a acabar el mundo!

—¡No todos pudimos tomarnos un año sabático! -insisto.

Le jalo la sábana, no tengo paciencia ni humor para esto.

—¡Milo, abre la puerta ya! —grita mi padre moviendo la perilla haciendo que ella se despabile y se levante de un salto a buscar su ropa.

Se mete rápidamente al baño mientras le abro a mi creador preparándome para la reprimenda.

Entra y escanea mi habitación detallando el desastre que hay.

Ropa interior de chicas en el piso, latas de cervezas y bolsas de papas por doquier.

—¿Te parece que esto sea un motel?.

Me quedo callado sirviendo las croquetas al minino.

—¡Te hice una pregunta! —eleva más la voz intensificando la jaqueca de la resaca.

—No, señor —respondo masajeando mi sien.

—Oh ¿al niño le duele la cabeza? —pregunta con sarcasmo —¡Alexa, música electrónica a máximo volumen!

Le pide a la asistente virtual y el estruendo del aparatoso ruido provoca que me quiera arrancar la parte frontal de mi cabeza.

—¡Papá!

—¡Alístate y más te vale que cuando llegues dejes esto como nuevo porque Flora no va a limpiar tus porquerías! —termina de demandar y al salir se topa con Madison que lo mira avergonzada huyendo lo más rápido que puede.

Enseguida entra mi nana con una bandeja donde tiene un vaso de jugo de naranja y una aspirina.

—No, que lidie con su resaca y asuma su irresponsabilidad —le quita la medicina guardándola en el bolsillo de su saco.

—Joder, papá así no aguantaré las clases.

—Si pudiste con la fiesta de anoche podrás con tus clases —asevera con tono firme.

Me cambio con el tambaleo de la resaca y solo me pongo mis gafas para cubrirme de la irritante luz del día y solo desayuno un energizante para hidratar me.

¿Quién enamora primero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora