Extra: ¡Un melocotón a bordo! (3)

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Milo

En la oscuridad de nuestra habitación y con mi mano en su vientre Ada se acurruca en mis brazos, descansando a la vez que crea una nueva vida dentro de ella y sigo asimilando la noticia.

¡Voy a ser papá! 

El pecho se me agita con esa afirmación que sigue repitiéndose en mi cabeza y me hace esbozar una sonrisa nerviosa. 

Joder, me muero de miedo por  no estar a la altura de lo que ellos nesecitan, pero la idea de tener un melocotón revoloteando por este lugar me invade y siento un calor en todo el cuerpo como si me abrazaran.

Ella se aferra a mi dormida y yo no puedo pegar un ojo en todo la noche pensando en todo lo que nos depara y cómo van a reaccionar nuestros padres a quienes invité a almorzar. 

Beso su coronilla y la aparto con delicadeza dejándola con Saltarín haciendole compañía en la cama mientras me voy a preparar el desayuno para el que saco fruta, verduras, avena y huevos de la alacena. 

—Buenos días, bonito —escucho cuando apago la licuadora en la que preparé el jugo verde. 

Ella está con su clásica pijama de seda suelta, el cabello recogido en una cola de cabello desordenada restregrandose los ojos adormilada. Sin embargo, tiene un no se que que la hace lucir más hermosa y radiante que nunca. 

Bueno, si lo se. Lleva un hijo mío y suyo dentro de su vientre y creo que jamás había estado tan enamorado.

—Buenos días —la rodeo dejando un beso en su mejilla y le ofrezco la bebida que le serví en un termo. 

—Gracias, pero prefiero el jugo de naranja —lo mira con desagrado. 

—Eso es pura azúcar añadida y colorantes amarillos —la riño mientras voy a llenar el comedero de Saltarín quien la seguía —esto es más natural y nutritivo para los dos. 

—Vale —lo acepta —Solo le daré un par de sorbos. 

—Te lo puedes ir tomando todo a medida que vayas comiendo lo que hice —le señalo lo que está servido en el mesón de la cocina. 

Un bolw colorido de fruta, otro de avena con leche y huevos revueltos. 

—Es mucha comida —se queja viendola con horror. 

—No, es la necesaria para los dos. 

Su semblante cambia a uno más enternecido y me regala un beso cuando me acerco. 

—Desayunemos que tenemos la cita con el obstetra y hay que esperar a nuestros padres —me siento a su lado.

Se aflige con evidente miedo y solo le tomo la mano reafirmando mi apoyo y que estamos juntos en lo que está por venir mientras comemos, ella lo hace despacio, pero se termina todo lo que le serví. 

Una hora después ya estábamos camino al médico a la primera revisión de nuestro bebé. 

¡Dios, no puedo creerlo! 

Llegamos a la clínica y la secretaria nos anuncia para luego hacernos pasar al consultorio, adentro es todo de un blanco matificado con persianas que dejan entrar la luz del día. Hay una camilla en donde le piden a ella que se acueste, a los lados hay un ecógrafo con su respectivo monitor qué desde ya hace acelerar a mi corazón. 

Él doctor ingresa con una carpeta que asumo y es su historial clínico. 

Después de saludar le empieza a preguntar como se enteró del embarazo y ella le platica los síntomas qué tuvo, pero nunca lo sospechó ya qué se cuidaba. 

¿Quién enamora primero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora