Naturaleza Innegable V: Operación Bengala Liberadora.

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<2018>

El 1 de febrero de 2018 tuvo lugar la operación que liberaría a Kunduz de las manos terroristas de una vez por todas. La Operación Conjunta "Bengala Liberadora", sin embargo, tendría sus cimientos unos 3 días antes: el 28 de Enero.

Silbaba una marcha alemana que contábamos cuando estábamos siendo adiestrados como fuerzas especiales, escuchaba los gritos de tres sujetos que reconocían ese sonido tan bien, que sabían que me aproximaba y era cosa del azar a qué celda me metiera para hacer las preguntas.

—¡Buenos días, princesas! ¿Cómo amanecieron?

Habían sido maltratados y humillados tantas veces, que ya se podían presenciar las primeras marcas de traumas en los humanos cautivos.

—¡Ahmed! —grité al sujeto número 2 que estaba obedientemente sentado en la mesa que comenzó todo—. Estás obediente hoy.

Entré a su celda, mientras que se mantenía con su cabeza agachada. Ellos sabían que, si cooperaban, recibirían comida y algo qué beber; los tenía muy bien adiestrados.
Entré a su celda con un rico plato de fideos con papas y una cerveza.

—¿Hoy hablarás, Ahmed? Tengo un premio para ti si cooperas conmigo.

—Se lo diré... por favor... tengo hambre...

—Ay, pobre hombre. Está bien. Ten, come.

Me senté frente a él y le di la comida, mientras tanto, lo miraba con detenimiento y con una sonrisa dibujada en mi cara que le hacía sentir bien. Qué mejor que tener a una hermosa mujer frente a él.

—¿Está bueno? Lo cociné yo, para ti.

Ahora, venía la prueba de la verdad.

—¿Me dirás dónde están? —pregunté con un tono dulce al mismo tiempo en que sacaba un mapa de mi bolsillo a sí como un plumón rojo.

—No... —respondió por un momento.

—Ah, entiendo. Volveré mañana, adiós —dije.

Las drogas que comió, lo harían alucinar como nunca antes. Mientras que él creía que yo me había ido, la verdad es que simplemente me paré atrás de él y comencé a observar qué hacía.

—¡Soy un idiota! ¡No debí decirle eso! ¡Me hará daño! —Así comenzó durante poco más de 30 minutos.

Sus alucinaciones leves comenzaron a crecer a alucinaciones más agudas con el pasar del tiempo, pero sabía que debía decirme algo. Sus compañeros le gritaban, implorándole que no abriera la boca y me maldecían por hacerle magna maldad a su amigo.

—El mapa... el mapa... —balbuceaba.

Marcó las 3 localizaciones, al mismo tiempo en que comenzaba a llorar y le pedía perdón a sus amigos en las otras celdas por haber hecho lo que hizo. Si no lo mataba yo, lo harían al ser liberado, pero no había algo como liberación en mis planes, sino que la palabra Evolución y Extorsión en ellos.

—Buen chico —dije abrazándolo y consolando sus lágrimas que salían a cántaros de sus ojos.

Él pedía perdón, y yo sabía por qué, pero eso ya era cosa del pasado. Ahora; en ese momento, debía deshacerme de ellos, cosa que no era difícil. Simplemente, debía cerrar la puerta y esperar a que oscureciera, en donde, por alguna razón que desconozco, comienzo a tener mucha hambre.

El Renacer De Ares (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora