Barro y más Barro.

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<Año: 2008>

Una vez terminado mi proceso molecular comencé a estudiar en un Gymnasium, que en Alemania es el Instituto que te da la posibilidad de estudiar en cualquier universidad de Europa. Y termina con un Abitur, que es como una especie de título. Me habían adelantado algunos años ya que según los test que me hicieron, mi mentalidad ya no era la de una niña de 8 años, sino que era cerca de los 17 o incluso 18 años.

Hablando de otro tema, Ozen, la mujer desesperada por tener un hijo conmigo, me sacó un óvulo mientras dormía. Esto lo descubrí recientemente.

Este pequeño año o periodo, fue uno de los más tranquilos que tuve. Además, Yae me estaba entrenando con rigurosidad en un claro rodeado de árboles altos. La superficie no era muy extensa, pero era suficiente con sus 30 metros cuadrados. Si mi memoria no me falla, fue en el mismo lugar en que perdí a mi padre.

Yo iba cada día que tenía libre, desde algunos fines de semana, hasta incluso el completo verano del 2007 para entrenar tácticas de combate. Acampábamos algunos días, ya que poca gente iba por ese lado, además, era un lugar bastante tranquilo y plausible para la meditación que necesitaba.

El 17 de junio, fue la última vez que visité ese lugar. Estaba nublado y posiblemente llovería, el viento frío movía las copas de los árboles y luego llegaba a mí.

—Debes elevarte como lo hemos hecho anteriormente. Viajaremos hasta Colonia.

Según Altair, a cada Modelo se le da la capacidad de volar, además de un recubrimiento que aísla gran parte de la fricción con el viento, permitiendo desplazarse a altas velocidades evitando, literalmente, el hecho de hacerse pedazos. Sin embargo, los vuelos suponen un gran consumo de energía, y sólo algunos pueden mantenerse algunas horas. En ese tiempo, yo recién estaba haciendo pequeños vuelos a unos 600 o 700 kilómetros por hora, aunque yo contaba con el último recubrimiento que había podido desarrollar Amenis.

—Sabes que me cuesta todavía elevarme.

—Yo te ayudaré, descuida.

(Nota: El recubrimiento es como una tela delgada y transparente que se forma al rededor del individuo al elevarse 2 metros sobre el suelo. Funciona igual como en los cazas furtivos, es decir, se hace invisible a los radares.)

Yae me dio más confianza al masajearme los hombros con sus finos dedos, haciendo que un leve impulso eléctrico pasar por mis extremidades.

—Vamos, tú puedes.

—Gra-gracias... —tartamudeé un poco avergonzada.

Cerré mis ojos y levanté mi cabeza hacia las nubes que me esperaban arriba. Poco a poco, comenzaba a levantarme, sin sentir nada más que mis pies quedar sueltos al no sentir el piso.

—¡Nos vemos en colonia!

Abrí mis ojos y sentí vértigo al ver que estaba ya más alto que las copas de los árboles. Sin embargo, el hecho de sentirme libre me tranquilizaba un montón.

Puse mis brazos a los costados de mi cuerpo y alcancé inmediatamente la velocidad transónica yendo incluso, a la par en altura con algunas nubes. Podía sentir las gotas de agua al pasar por entremedio de ellas. Me sentía verdaderamente libre, sin fronteras ni preocupaciones; como si en realidad fuera un pájaro. Sin embargo, todo cambió cuando vi a dos aviones seguirme. Sus turbinas me dejaban más sorda que el viento rozar contra el recubrimiento.

El Renacer De Ares (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora