Cabos Sueltos II: Secretos Oscuros.

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<2019>

En abril del 2019, fui desplegada en Afganistán como contratista militar. La misión, buscar, encontrar y sacarle información a los altos cargos de organizaciones terroristas como Al-qaeda o Estado Islámico. Las fotos de 4 hombres más uno que no puede ser identificado eran puestas contra un pizarrón de madera.

Aquel hombre que nunca pudimos encontrar antes de la operación en Kunduz aparecía otra vez frente a mí. Se ha visto unas veces, pero su cara, sus parientes, entrenamiento u conexiones son un misterio, quizás protegido por organizaciones muy por encima de mi cargo. Sin embargo, si alguien lo quería muerto o capturado, era porque hizo algo que no le gustó a sus socios. Si no lo pude capturar una vez, no lo dejaría salirse con la suya una segunda vez.

Con mi cuchillo en el muro, salía de la base con un equipo de mercenarios asignados también al caso. Pero de ellos sólo compartía las batallas que combatimos por todo Afganistán, buscando a los hombres que nos encomendaron encontrar e interrogar.

—No hablas mucho, ¿o sí? —preguntó Fij, un hombre barbudo y siempre de lentes negros con un extraño acento Alemán.

Íbamos en un grupo de 9 soldados en un vehículo que se movía tan lento que parecía decir a gritos que nos dispararan un RPG. No estábamos en Kandahar, pero el peligro nos decía que era parecido a estar en la ciudad. Nos posicionábamos a unas cuantas millas de un pueblo pequeño, pasando de parcela en parcela, preguntando y revisando cada casa que pudiera interesarnos.

—Por lo general hablo, pero ahora estoy trabajando —respondí en inglés, al menos en un idioma que aprendí de tanto colaborar con estadounidenses.

—¿Hablas inglés también? Eso hace más fácil las cosas.

Mi mirada no salía del exterior, buscando y buscando algo que pudiera decirnos que estábamos yendo por buen camino, hasta que, de repente, un chasquido suena y la radio se vuelve loca. El disparo de las ametralladoras en los vehículos MRAP cubre unas casas con segundo piso para después uno de esos vehículos se llena de una nube de humo y fuego saliendo del vehículo.

—¡Le dieron a Riley! —gritó uno de los mercenarios en el vehículo, viendo por las pequeñas ventanas hacia atrás, la nube de humo que salía del MRAP de su amigo que ahora se quemaba dentro de ese horno, incapaz de salir por su cuenta—. ¡Tenemos que ir por él!

Todos salimos del vehículo y luego nos dirigimos hacia su amigo cuando un segundo MRAP es alcanzado por otro RPG. Sin embargo, el ataque enemigo es repelido ahora por apoyo aéreo que deja caer un fuego desde el cielo hacia las posiciones enemigas. Entre misiles y ametralladoras de pesado calibre, el enemigo se fue retirando. Poco más tarde, constataron la muerte de 3 soldados estadounidenses y un operador de la empresa en el hospital con heridas provocadas metralla y fuego en su cuerpo. No lo traté porque ya estaba perdiendo parte de mis poderes y debía conservar todo lo que fuera necesario hasta el final.

—¿Cómo te fue? —preguntó Karen, viendo mi cara de indiferencia mientras conducía desde el aeropuerto hasta la casa.

—Pudo haber sido mejor —respondí con el paquete de billetes con veinte mil euros en él.

Karen notó que lo que sea que haya pasado, no fue nada bueno y lo mejor era no hablar de ello. Lo podía notar en mi cara, como si fuera un gran pizarrón con las palabras: "No estoy de humor" escrito en éste.

—Los niños volverán el Lunes.

—¿Qué día es hoy? —pregunté mirando mi teléfono para después dejarlo caer a mis pies al notar que no me decía el día en que estábamos viviendo en el momento en que yo lo quería.

El Renacer De Ares (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora