CAPÍTULO CUATRO

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∆Chase Huntley∆

Desperté en medio de la madrugada, era consciente de aquello que me quitaba el sueño y no me preocupaba.

Escuché algunos ruidos en la habitación, moví un poco mi cuerpo y continúe dando la impresión de estar plácidamente dormido.

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Al estar totalmente convencido de que Lilith dormía, levanté mi cuerpo de la cama y fui hasta la habitación en la que estaba mi invitado.

Seguía con el pensamiento constante de que algo en él me era familiar, pero tenía cosas más importantes por las que preocuparme.

Al entrar al cuarto me lo encontré durmiendo. Se movió tanto que había conseguido deshacerse del vibrador.

Continuaba atado, sus fluidos sobre mis sábanas, las cuales iba a tirar a la basura.

Su saliva pendía de un hilo, estaba esparcida por su pecho.

Le quité el collar de la boca y lo dejé dormir con sus brazos atados.

Volví con Lilith y la miré de arriba a abajo con desdén e indiferencia.

Моя леди, puede que te proteja de todos...

Llevé la botella de cerveza caliente a la cocina, al regresar eché un vistazo al exterior del edificio y me fijé en los tres robustos hombres que venían entrando en el inmueble.

Nunca dejas de meterte en líos, espero que estés muerto para mañana.

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Apartamento #4: Los Norris.
Hester Norris.

—Ha llegado otra carta. —Me miró fijamente, Philip la leyó en voz baja.

—¿Qué dice esta vez? —pregunté curiosa mientras enrollaba las manos en mi ropa.

—Estoy cansado de que diga que no le demos parte a la policía, ¿acaso no entiende que por más que lo hagamos, la policía no nos hace ni caso? —Se estrujó la cara con ambas manos en señal de desesperación.

—Tranquilo, Philip, —Traté de calmarlo—, no nos queda otra opción más que confiar en él. Hasta ahora la policía no ha hecho nada por recuperar a nuestros familiares, pero él está investigando nuestro caso.

—Esa es otra, —Se levantó de la mesa del comedor, empujando fuertemente la silla hacia atrás—, sólo por ser gente humilde la policía no te toma en cuenta. Claro,¿quién va a querer investigar la desaparición de alguien que solo lo conocen en su casa?

—Philip, baja la voz. —Coloqué mi dedo índice en mis labios—. Los chicos están durmiendo, y tu padre también. No quiero preocuparlos más.

—Tienes razón, tendremos que confiar en ese tipo de Scotland Yard. Igual no tenemos muchas opciones. —Volvió a sentarse, se veía más tranquilo.

—Tendríamos que ser más agradecidos con ese hombre, ni siquiera nos conoce y está invirtiendo tiempo de su trabajo allá para investigar la desaparición de tu madre.

Sentí el ruido de algo golpear contra el suelo, ese sonido contundente que había sentido tantas veces. Era el bastón de Max.

—Mañana iré a dar parte a la policía sobre estas cartas —zanjó.

—Max, no puedes hacer eso, en las cartas pone que no debemos decir nada más  a la policía. Eso pondría en sobre aviso al secuestrador. Tenemos que aparentar no estar recibiendo estas cartas si queremos que nos siga ayudando, pero sobre todo, si queremos mantenernos a salvo.

ARTHURDonde viven las historias. Descúbrelo ahora