CAPÍTULO VEINTIDÓS: ARTHUR

81 14 61
                                    


Mi vida.

Cuando era apenas un niño las "mujeres grandes" que se hacían llamar amigas de mi madre, me decían cosas como.

Serás un rompecorazones cuando crezcas.

Mírate, que grande estás, ya puedes tener novia.

Eres muy apuesto, pero con esos ojos tan hermosos no deberías tener una mirada tan fría, las vas a asustar.

Algunas de esas mujeres llegaron a abusar de mi. Mi madre nunca se enteró. Mi padre no estaba al pendiente de nada que tuviera que ver conmigo. Estaba más ocupado gastando la herencia de mi abuelo. Millones y millones de rublos, los cuales heredé una vez que ambos murieron.

Mi madre, de sangre inglesa, y mi padre, ruso. Se amaban locamente, hasta que nací. Nunca me sentí mal por eso. Nunca los amé, no recuerdo depender de ninguno de ellos.

En la escuela los maestros y maestras me elogiaban demasiado, mientras lo hacían, solo imaginaba como sería si su sangre estuviese sobre mi rostro. Cómo sería la textura de esa sangre. Si con tan solo imaginarlo me daba asco, esa persona no me gustaba, en cambio, algunas de las chicas con las que salí, acabaron muertas, su sangre empapando mi rostro. Ellas me encantaban.

Una vez tuve una tortuga de mascota, un gato se la comió. Esa tortuga era el único ser al que no me daban ganas de matar y, sin embargo, acabó muriendo en garras de un felino. Por eso me comí al gato, al principio no me gustó pero poco a poco su sabor me conquistó.

Mi primera vez fue con una rusa de cabello rojo, ella tenía diez años, yo tenía ocho. Era la hija de una de las amigas de mi madre. Al otro día amaneció muerta.

Un día desperté queriendo saber lo que se sentía estar con un chico, se lo comenté a mi madre, pues no veía nada raro en esto. Ella me encerró en el sótano de la casa, llamó a un doctor para buscar una cura. Tuve que fingir estar sano para volver a hacer de las mías fuera del sótano. Al menos estar encerrado durante tanto tiempo me ayudó a meditar.

Nunca tuve amigos hombres, tampoco amigas mujeres. Tras la muerte de mi padre, mi madre se suicidó. El gobierno me hizo una serie de análisis psiquiátricos, observaron ciertas alteraciones en zonas de mi cerebro como el fascículo uncinado y la corteza orbitofrontal. A la par, otros estudios dieron por sentado que yo era un genio. Me permitieron continuar con mis estudios.

Tras estar en aquel lugar decidí que ser psiquiatra sería la vía más sencilla de pasar desapercibido y de que las personas confiaran en mí. Sin darme cuenta, analizaba las acciones, expresiones faciales, habilidades sociales de las personas que me rodeaban. Su lenguaje no verbal era un punto a tener en cuenta a la hora de caerles bien. Sus traumas son la puerta directa a su manera de pensar.

Luego de cultivarme y ser un mejor ser humano a vista de todos, enfoqué mi vida a manipular, mentir, llevar a personas a cumplir mis deseos. Cuando tienes dinero en tu bolsillo, todo es lo suficientemente aburrido, pero nada es lo suficientemente difícil, por lo que después de haber hecho todo lo que quería en Rusia, me trasladé a Inglaterra. Dejar Rusia atrás no fue sencillo, tampoco tan complicado.

Me tatué por primera vez con un zapatero desempleado. El apodo que le brindé a mi no tan amada madre, con la que me llegué a obsesionar. La espiaba mientras se duchaba y me masturbaba, me preguntaba cuanta sangre habría salido de ella cuando me dió a luz. Sus amigas ya me habían follado, solo faltaba ella, pero ella nunca lo hizo, eso me decepcionó.

Mi segundo tatuaje se incrustó en mi piel tras haber matado a un hombre gay comunista que a su vez era un homófobo con un atisbo de machismo en sus palabras y manera de pensar. Su nombre era Chase Huntley. Y fue mi primera víctima, después de que mis demonios internos decidieran salir y reducir mi vida a ser un asesino manipulador.

Me divertía mucho observando el comportamiento humano en situaciones de peligro y como cada uno de ellos actúa y toma las cosas de diferente manera según como yo haya sido con ellos. Tenía mis métodos y en su mayoría resultaban ser los idóneos, pero cuando no era así, no me quedaba de otra más que sobornar.

Ya había finalizado mi trabajo en distintas áreas de Londres, Manchester, Bradfor, entre muchas otras, cuando seleccioné un hotel cerca de Bayswater para quedarme por unos días. Me recibió una chica albina muy hermosa. Sentí mucho reclinar su propuesta, aún recuerdo sus palabras exactas.

¿Desea pasar un rato agradable con una señorita de Londres?, usted no tiene pinta de ser Inglés.

Entre tantas caras, la chica desechó la mía con el pasar de las horas. Aproveché esto para seguirla a casa. Sólo serían un par de días para observarla y luego matarla, pero... descubrí sus planes.

Estuve unos meses siguiéndola. Cada día que pasaba descubría más de ella. Más de lo que le gustaba, más de lo que sería capaz de hacer.

Una de esas noches, un hombre intentó tener algo más que palabras con ella, la calle estaba vacía, era tarde y solo yo podía hacer algo, no obstante, no hizo falta. Con su navaja, acuchilló hasta morir a aquel sujeto.

No puedo negar que me sorprendió cuando confesó que sabía que la seguía y que por favor dejara de hacerlo si no quería acabar como el agresor, mas, noté cierto cambio en ella que me puso al tanto. No era ella, era él.

Tuve el descaro de acercarme a él y comentarle acerca de mi fijación por ella. Tras una plática algo extensa, llegamos a ser colegas incluso, teniendo en cuenta que no soy capaz de desarrollar afecto, fingí bastante bien. Sé también que él no me dió paso por ser agradable, sino porque sabía que yo era peligroso. Su existencia no consta de motivación o planes, más bien consta de un ciclo infinito en el que su única misión es proteger y cuidar el cuerpo de Lilith. Si Lilith muere, él también lo hará y como la lógica indica, no deseaba eso para él.

A Wilder no le gustaba la idea de ir a Alemania, tiene la sensatez suficiente como para darse cuenta de que Lilith es un peligro para los demás. Ella nunca estará bien, nunca será feliz por más que quiera.

Acordamos que lo ayudaría con su problema, no permitiría que ella se fuera. Más allá de eso, ella pasaría un buen tiempo en mi humilde casa ubicada en un área apartada de Londres. Asesinos con asesinos. Sin involucrar a nadie del exterior.

Al menos eso le dije, pero ella es la reina de mi ajedrez. Wilder no me interesa en lo absoluto. Con ella a mi lado, sería mucho más fácil manipular. Entre los dos manipularíamos a peones para formar parte de nuestro juego. Quiero que me permita amarla.

No es una vida aburrida si viajas por todo el mundo, acabando con todas las vidas que quieras a tu paso. No es aburrido si estamos en compañía del otro, Lilith.




#####
AUTORA: Me dolió lo del sótano, me dolió.🖤🩸 El próximo cap será más largo ✌️

ARTHURDonde viven las historias. Descúbrelo ahora