CAPÍTULO QUINCE

129 13 110
                                    

~Lilith Freya Windsor~

Noches y noches reflexionando sobre mis sentimientos, lo que en verdad quería para mi futuro.

Llegué a la conclusión de que haría lo que fuera para conseguirlo.

No me odio por querer ser libre, me odio por lo que tendría que hacer para lograrlo.

¿Por qué mi vida es tan miserable?

No te lamentes más.

Sé que no estoy bien, pero no cuesta nada fingir.

No cuesta nada fingir estudiar una carrera.

No cuesta nada tener que chantajear.

No cuesta nada tener que mentir.

Pero sobre todo...

No cuesta nada tener que matar, ¿no es así?

Yo lo he hecho.

Lo seguiré haciendo.

Sé que me pierdo por momentos, tal vez horas o días. No sé qué pasa cuando no estoy. Me siento perdida.

Pasan cosas muy divertidas.

Me divierto mucho con mi amigo.

Sé que me obsesioné por alguien que no vale la pena.

Y no, no es Chase.

Por Chase no siento más que una atracción sexual y un cariño muy especial.

Es raro de explicar.

Pero no lo amo.

Andrew.

Él es un buen amigo.

Pero él.

Yo en verdad lo amaba.

Desde pequeña, llegué a imaginarme una vida con él lejos de Virgine, lejos de Inglaterra.

Mis fantasías de niña que no conocía los peligros del mundo se fueron a la mierda cuando descubrí que lo que sentía no era amor.

Pero ya era demasiado tarde.

Falsas promesas, corazones rotos y una niña traumada de por vida.

Mi niña.

La amo.

Es el amor más puro que he experimentado.

Pero está mal. Le hago daño y lo sé pero las ganas de tenerla a mi lado son mayores que cualquier estúpida ley.

No soy mala persona, ¿o si?

No soy mala por amar.

No soy mala por querer lo mejor para mi y la chica que me gusta.

Estás muy enferma y lo sabes.

Hablar conmigo misma y convencerme de que ésto estaba bien era inútil.

Soy el lobo pero en su momento también fui Caperucita roja y duele demasiado.

—Te veo muy callada. —Chase me sacó de mis pensamientos autodestructivos.

—Es que me estoy acostumbrando a los nuevos horarios de la universidad y no duermo mucho.

—Te entiendo, las clases me tienen hasta aquí —Andrew tomó un mechón de su cabello.

—¿Dónde está tu madre? —le pregunté.

—En la iglesia, las cosas están difíciles con ella últimamente, la ausencia de papá le está pasando factura.

ARTHURDonde viven las historias. Descúbrelo ahora