Nos acabamos separando por falta de aire.
El unio su frente a la mia y me miro fijamente a los ojos.
Sus ojos no eran iguales, no eran los de siempre. Hubiera sido otra persona y sinceramente, habría salido corriendo. Se veían vacíos, tristes, apenados... arrepentidos. ¿De que? Eso es lo que voy a averiguar.
Ehhh... -musite, pensando en la mejor forma de decirle que se fuera bien lejos de un modo en el que lo entendiera, pero que no le doliera, aunque, a decir verdad, sus sentimientos ya no me importaban en absoluto, él había destrozado los míos varias veces ya, si yo lo hacía ahora nada pasaría ¿no?
Sabes que si te importan, mucho... demasiado diría yo
Estúpida consciencia.
Shhh- puso su dedo índice sobre mis labios, haciendo. una suave presión- No digas nada.
Cogió mi mano y comenzó a andar, hacia el lado opuesto del instituto.
Me gustaria decir que se lo impedí, pero no lo hice. No pude. No era capaz. Tanto tiempo esperando, tanto tiempo preocupada, pero ahora ya estaba aquí y no quería que volviera a irse por nada del mundo, y si se iba, que me llevara con él, dónde y cuándo fuera, pero lo único que quería era pasar el resto de mi vida con él.
• • •
Pasados unos minutos, llegamos a la parada de taxi. Él pidió uno y nos ssubimos en éste.
Durante el camino fue todo muy sigiloso, aunque mil preguntas rondaban mi cabeza, las cuales, no me atrevía a hacer, no quería volverla a liar, no otra vez.O al menos no por ahora. Ya tendría tiempo. Quería que se quedara, y si aquello requería que me tragara toda mi curiosidad, lo haría.
En ningún momento del camino soltó mi mano. Debí hacer un gesto algo extraño o poner una mueca ya que él se dio cuenta de que algo pasaba por mi cabeza. Con su mano libre, me cogió suavemente la barbilla y la giró un poco, conectando nuestras miradas, aunque aquella, realmente, no fuera la suya, me negaba a aceptar que lo fuera y no lo permitiría jamás, no mientras yo estuviera allí para evitarlo. Apretó un poco más su mano entrelazada con la mía y con el pulgar, comenzó a hacer pqueños y relajantes circulos en la parte superior a ésta. Desvió su mirada hacia la ventana y no volvió a mirarme en ningun momento más.Llegamos al...¿ aeropuerto?
¿Cómo...?
¿Qué...?
¿Cuándo...?
Juro que estaba completamente enortada, no sabía qué hacía alli ni para qué debía de ir.
Él empezó a avanzar entre la gente, mientras yo me dejaba guiar. En otras ocasiones, habría pedido perdón por empujar a más de uno, pero ahora mismo... estaba demasiado ocupada en otras cosas como para eso.
Iván se paró a hablar con la mujer que revisaba los billetes. Wow, ¿Cuándo los habría comprado? ¿ De dónde había sacado el dinero? ¿ Por eso había estado desaparecido tanto tiempo?.
De repente, un grito interrumpió todos mis pensamientos y dudas, y los reemplazó por temor, más duda aun - si eso era posible - y sorpresa, mucha.
¡MIA!- gritó una voz masculina, que conocía ya perfectamente. Que había estado conmigo en las buenas y en las malas y que a día de hoy -por lo que se ve- seguía estando.
La voz de Zev.
Sí, el mismo Zev que me besó, sólo para que me alejara de Iván.
Sí, uno de mis mejores amigos - pero... shh no se lo digáis a Andre, que se pone muy celoso-
Vi a Zev corriendo hacia nosotros y a raíz de ahí, todo fue muy rápido. Iván comenzó a ponerse muy nervioso y a agobiarse conforme Zev llegaba a nosotros. Las manos le temblaban y , si era posible, juraría que hasta se había vuelto más pálido aún. Cuando me volví a girar para comprobar por donde venía Zev, lo encontré a mi lado, rojo, con un poco de sudor en la frente por la velocidad con la que había recorrido el aeropuerto entero y con la respiración un poco agitada. Apollándose con las manos en las rodillas y algo curvado hacia delante.
Mía, antes de que cometas el mayor error de tu vida...hay algo que deberías saber sobre Iván... - dijo, entre sofocos.
Mía no le escuches- advirtió Iván, con una voz más agria de lo que debería. Sí, definitivamente este no era el mismo Iván que me gustó cuándo lo conocí.
Gusta*
Gustó *
Gusta*
Gustó*
segura?
Al 100%
Ummm... eso habría que debatirlo...
¿Te quieres callar ya, pesada?
¿Y si no quiero que?
Como me harte del todo y....
Che Che Che, tranquiiila, tranquiiila, no hace falta llegar a esos extremos cariño, ya me callo.
Consciencia buena.
Guau.
¿ Mía? - preguntó Zev al ver que me había quedado como en otro mundo.
Ehhh... y... ¿qué es Zev? - pregunté, algo dubitativa. Pero fuera lo que fuese, no me haría cambiar de opinión respecto a Iván... o eso creía.
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Inefable
Mystery / ThrillerInefable: algo tan increíble que no puede ser expresado en palabras.