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Miré el reloj.
11 de la mañana.
Tenía 13 horas para idear un plan.
¿Sabía por dónde iba a empezar?
Nop.
Pero tenía que ser el mejor plan que halla ideado.
Y creo que tengo una idea...
11 horas más tarde...
Ya estaba todo listo , sólo para llegar a la casa de papá y rezar para que saliera como lo planeado. No sabía lo que haría si el plan fallaba. No me había dado tiempo de preparar un plan B. Pero cabe decir que dentro del plan , hay varios factores, es decir, que está pensado para que si un factor falla, el plan pueda seguir en marcha y no tenga por qué salir mal. Pero esperemos que salga todo bien y sin incidentes.
Había dos opciones:
1- Que salga bien.
2- Que salga mal.
Y pase lo que pase, debe ser la primera. Lucharé con mi alma si es necesario. Pero esta lucha la ganamos nosotros .
El tiempo pasaba y, aunque en parte deseara detenerlo, era mejor así, que llegara pronto. Porque estaba claro que esta lucha no iba a acabar bien para nadie.
Porque esta lucha, va a ser larga.
Porque esta lucha, va a ser dura.
Y porque esta lucha recién empieza.
Y, si quieres saber qué pasará...eso...eso te lo contaré en el segundo libro :)

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora