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Al llegar, ambos bajamos con una rapidez impresionante.
Rodeamos todo el edificio y nos dirigimos hacia la entrada que se encontraba escondida en la parte de detrás de este. Para abrir la puerta, había que introducir una contraseña de cuatro números.
¿ Recuerdas la clave? - le pregunté a Zev mientras intentaba recordarla.
Creo que era cero, cuatro, cinco, cero. Prueba a ver qué tal.
Seguí sus indicaciones. Introduje los dígitos y un crujido nos hizo saber que era el correcto y que la puerta se había abierto.
Sin perder tiempo, entramos y encendimos las menos luces posibles. Nadie debía saber que nos encontrábamos allí.
Llegamos a la sala principal, en la que se reunían los actores antes de la actuación y nos sentamos cada uno en un lado del amplio sofá.
Según uno de los guardias, en esa calle nadie habitaba desde hacía más de medio siglo, lo cuál es imposible, yo he estado viviendo allí toda mi vida, al igual que mis abuelos y mis padres. Decían que una serie de sucesos sobrenaturales se habían dado en esa zona y nadie podía acceder a ella. - expliqué rápidamente intentando que el cerebro de mosquito de Zev entendiera a la perfección todo lo que había dicho, lo cuál por su expresión, pareció haber funcionado.
Uhm... una serie de sucesos sobrenaturales... - repitió en voz baja, como si pensara en alto.
Él se levantó de su lugar y se dirigió a uno de los muebles de la sala. Parecía estar buscando algo y mi teoría fue confirmada en el momento en que se dirigió hacia mí con una serie de papeles y recortes hacia mí. Colocó todos y cada uno de ellos en lo alto de la mesa que había en el centro, de forma en la que todos se pudieran ver claramente.
Estos recortes son de algunas noticias, ocurridas en diferentes años, pero todas en esta misma ciudad, entorno a tu barrio, echales un vistazo, quizá sirvan de algo. - explicó él, dándome total libertad para leerlas.
¿Caso Roncesvalles? ... ¿Pero qué... ? - mis dudas aumentaban conforme leía los títulos de cada recorte. Todos con un punto en común :
Sucesos anormales.
Todos en la misma zona.Todos el mismo día, solo que distinto mes. Durante muchos años. Durante 50 años.
Curioso, ¿cierto? - comentó Zev, tomando uno de los papeles- hace 50 años exactos, se propagó un incendio en la misma casa en la que tu vivías, murieron un matrimonio jóven, una pequeña de cinco años y un bebé de cinco meses. El cinco de febrero. No se sabe con plena exactitud cómo o qué generó el fuego, ya que según fuentes cercanas a la familia, no usaban estufas ni nada por el estilo. Fue muy extraño y el caso sigue abierto, aunque algunos lo han dado por cerrados al asociarlo con espiritualismo. Pero no hay nada confirmado. - explicó mientras observaba la fotografía que aparecía en el recorte. Se podía ver cómo estaba la casa, calcinada completamente. La fotografía estaba en blanco y negro y el número cinco, que reposaba sobre el marco de la puerta de entrada, tenía un vivo color.
"El río se desborda, sin haber llenado su total caudal en todo el pasado año, los expertos no afirman nada, pero tampoco descartan. "- leí en voz alta. Mi atención se fue dirigida solo y únicamente al pie de imagen, en el que ponía " 5/1/1999".  En la imagen se apreciaban casas destrozadas por la agresividad del agua. Estaban demasiado destrozadas.- Que extraño, el agua no tiene tanta fuerza como para hacer esto y más si no había llovido en grandes cantidades.
Pero también ocurrió un día cinco. - recalcó Zev.
Cada enunciado era peor que el anterior.
"Una sequía se apodera de la ciudad mientras la lluvia, ahoga el resto del Estado ", "Aparece el cuerpo sin vida de una mujer y sus tres hijos frente al número cinco de la calle Lorca.", "Avión pierde el control y se estrella con un edificio, acabando con la vida de más de trescientas personas y dejando casi mil heridos y por su puesto, miles de familias desoladas".
Basta, no quería leer más.
Son muchas coincidencias ya, Zev. Aquí está pasando algo y no es pequeño- le comenté mientras mi mirada de dirigía a cada fecha de cada noticia.
Esto no es algo pequeño, Mía. Nosotros solos no podemos. Necesitamos ayuda y no tenemos. - respondió él, lo cuál era cierto. No podíamos pedir ayuda a nadie. Nadie nos la brindaría.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora