2.4. Takiawase.

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Luego de que Megumi huyera del consultorio pasaron pocos segundos hasta que el lobo se convirtió en sombras.

Sukuna tocó su hombro adolorido y observó atentamente su sangre, la cual no había visto en siglos. De inmediato se deshizo de la parte superior de su traje y comenzó a curarse, pero mientras lo hacía pudo percibir el aura perturbada detrás de él.

—No lo persigas, Uraume —advirtió.

—¡Maestro!

—Déjalo ir.

—¿Por qué...? —susurró el joven viendo el líquido rojo escurriendo por el sillón—. Solo me detuve porque usted levantó su mano, pero creo que esto es un error, Maestro. Él escuchó a Mahito y probablemente nuestra conversación también. ¡No podemos dejarlo vivo!

—¿Quieres desobedecer mis órdenes? —cuestionó Sukuna con seriedad.

De repente, Uraume no fue capaz de reconocerse a sí mismo perdiendo los estribos frente a su mentor

—Perdone mi comportamiento, Maestro —se disculpó bajando la mirada. El joven usuario de maldiciones no dijo nada, hasta que su intranquilidad lo animó a hablar—. ¿Por qué está obsesionado con Fushiguro Megumi?

Sukuna no respondió al instante. Las palabras de Uraume crearon en él la extraña sensación de haber sido descubierto haciendo algo malo.

—Estoy intrigado —dijo al final.

—Obsesivamente. Y él tomará ventaja de ello.

—Megumi es mi amigo.

—¿Por qué...? —cuestionó incrédulo— ¿Por qué lo considera su amigo?

—Hay algo creciendo en su interior. Incluso si él mismo no lo nota, yo puedo hacerlo. Encuentro esa ingenuidad fascinante, pero más que eso, poder convertirme en la causa de su despertar y ser testigo de su conversión... sería increíble —reconoció Sukuna—. Quiero que me muestre de lo que realmente es capaz.

Waltz for Sukuna | Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora