4.5. Seasons call and fall.

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El calor de la chimenea cobijaba a la niña postrada sobre una silla de ruedas. Mientras tanto, Sukuna cepillaba lentamente su cabello con la delicadeza de acariciar un tesoro invaluable.

El hombre detuvo sus movimientos para arrodillarse junto a ella, tomó su débil mano y allí depositó el cepillo de cabello. La joven encontró la fuerza suficiente para cerrar sus dedos sobre el mango, pero cuando el doctor dejó de servir como soporte el cepillo cayó al suelo.

Los ojos amarronados de la joven reflejaron brillantemente el fuego de la chimenea. Sukuna se apresuró a envolverla en un abrazo antes de que sus lágrimas cayeran.

—Fallé otra vez... —susurró.

—No te preocupes, Tsumiki. Lo estás haciendo bien —la consoló él.

Ella se aferró fuertemente al hombre que le salvó la vida.

—¿Podré ver a mi hermano pronto?

Sukuna deshizo el abrazo suavemente y buscó mirarla a los ojos. Con la yema de sus dedos limpió el surco de una lágrima en su mejilla.

—Así es. Pronto podrás verlo... Pronto estaremos todos juntos —respondió—. ¿Estás lista?

Tsumiki asintió.

El doctor se puso de pie y caminó hacia la vitrina donde guardaba su exquisita colección de vinos. El mejor escondite, como algunos dicen, es a la vista de todos. A un lado del fino Cabernet 1992 y el Chateau Lafite 1869, otra botella contenía uno de los muchos venenos que creaba por placer.

En la palma de su mano izquierda emergió una boca y sobre ella volcó el líquido del frasco. Su energía maldita transformó las propiedades del veneno para convertirlo en una cura y, una vez lo consiguió, lo vertió en una copa de cristal para ofrecérselo a Tsumiki Fushiguro.

La joven inhaló profundamente antes de beberlo y pocos segundos después su rostro se torció por el dolor.

Sukuna tomó nuevamente su mano y le acarició el cabello mientras veía la marca de su frente volverse cada vez un poco más tenue. 

Waltz for Sukuna | Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora