Valery
El domingo pasa como un parpadeo, conocí todo el centro de Ámsterdam para saber de los lugares más importantes y lo que sería necesario para que no me perdiera, aunque mi plan para el primer día que parecía que estaría sola; era ir al colegio, regresar a casa y no salir.
Por supuesto que mi madre no estaba muy contenta ya que quería que conociera gente nueva, por lo que le prometí que saldría aunque sea unos minutos hoy, ya sea que alguien me invitase o no.
En estos momentos, mi madre se está estacionando frente al colegio mientras me da una mirada tranquilizadora.
–Sé que tendrás un gran día y espero que no te moleste regresar caminando pero es mi primer día y quiero dejar la mejor impresión –dice mientras me ve preocupada.
–Descuida, estaré bien –respondo tranquilizándola.
–Bien, toma tu nota de la directora y preséntala a todos tus profesores, ¿tienes tu horario?
–Sí, descuida que estoy segura que me irá bien.
–Ven aquí, cariño –dice para abrir sus brazos en busca de un abrazo al cual correspondo–. Te quiero.
–Y yo a ti, mamá –le digo para luego separarme de ella–. Nos vemos más tarde.
Ella me hace un ademán con la mano para despedirse y luego salgo del auto. Doy una gran respiración para luego soltar lentamente el aire y ver muchos chicos y chicas entrando al colegio, armándome de valor doy el primer paso y empiezo a dirigirme hacia la entrada.
Estando dentro puedo ver como todos los demás pasan tranquilamente ya sea platicando con otro compañero o que fueran ocupados en otra cosa pero nadie parecía prestarme particular atención, lo que me alegraba. En un momento, una chica mediana, ojos marrones, cabello negro y tez blanca se acerca a mí con una gran sonrisa en el rostro.
–Hola, ¿eres Valery, cierto? –pregunta con un tono dulce.
–Así es –contesto algo nerviosa– ¿quién eres tú?
–Me llamo Verónica, me ofrecí para ser tu guía –explica de manera cordial–, es un gusto conocerte.
–Igualmente –respondo con una pequeña sonrisa.
–Bien, tenemos un buen tiempo para que te enseñe lo esencial en estos momentos, que es en dónde están los baños del piso de tu primera clase –dice riendo–, tenemos la mayoría de clases juntas así que no te preocupes.
–Muchas gracias, Verónica –digo mientras empiezo a caminar a su lado–. ¿Alguna regla importante que deba saber?
–Creo que lo principal es que debes ser puntual –responde para luego empezar a subir las escaleras del segundo piso–. Al principio esto podrá parecer un laberinto, pero no te preocupes, le irás hallando el ritmo mientras conoces el lugar.
Ella señala los baños que están señalizados y luego seguimos caminando, intento prestar atención a cada detalle que me pueda ayudar a guiarme más tarde.
–Hemos llegado, clase de historia –dice mientras señala el salón, me toma emocionada de la mano y agrega–: ven, te presentaré a mis amigos, son buenas personas, quédate tranquila que sabemos lo difícil que es ser nueva.
Le dedico un pequeño asentimiento para luego seguirla dentro del salón y llegando hasta un grupo donde hay tres chicos y una chica platicando de manera animada, Verónica se les acerca sonriendo y luego habla.
–Chicos, ella es Valery –dice presentándome, luego señala a uno de los chicos–: él es Tyler.
El chico más alto y de cabello castaño me sonríe y saluda amablemente a lo cual correspondo de igual manera.
–Ella es Joselyn.
–Encantada de conocerte –dice la chica de cabello rubio oscuro y reflejando alegría sincera.
–Lo mismo digo –respondo mientras mi cuerpo se relaja por la amabilidad de estos chicos.
–Y ellos dos, son hermanos gemelos –explica Verónica mientras señala a los otros dos chicos que sin duda comparten rasgos similares como los ojos azules y el cabello castaño, pero uno tiene pecas y el otro no y uno es un tanto más alto que el otro.
–Yo soy Steve –se presenta el más alto.
–Y yo soy Oliver –dice el otro.
–Es un gusto conocerlos –contesto dándoles una pequeña sonrisa.
–Bien, aún falta que te presente a uno, pero tal parece que está llegando tarde –comenta Verónica mientras rueda los ojos– al menos, ganaré una apuesta.
–Yo no cantaría victoria todavía, Vero –se burla una voz masculina a mis espaldas, la voz que se me hace un tanto conocida.
–Tal parece que alguien nos ha honrado tan temprano con su presencia –bromea Joselyn–, ven, que llegas a tiempo para las presentaciones.
–¿Ah sí? ¿Quién tendrá el gusto de conocerme? –pregunta riendo y puedo escuchar que se acerca tranquilamente pero hace que mis nervios vuelvan a aparecer–. Es broma chica nueva, no creas que soy un idiota egocéntrico.
–Valery, él es Josh, un tonto al que le gusta molestar, así que no le hagas caso a sus bromas tontas –sugiere Steve mientras señala a alguien atrás de mí.
Me giro intentando aparentar calma y cuando veo al chico, se me hace imposible creerlo, me encuentro viendo a esos ojos grises que creí nunca volver a ver.
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Hilos Destinados
Teen Fiction¿Y si fue el destino? Valery está a punto de mudarse de país, no deja mucho atrás, por lo que un nuevo inicio no está del todo mal. Josh por otro lado, lleva una vida normal, pero carga con un vacío que solo el amor puede llenar. Un momento comparti...