Capítulo 9

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Valery

–¡No puedo creer que te haya dicho que te fueras! –grita mi mejor amiga desde el otro lado de la pantalla.

Cuando volví a la casa tenía muchos mensajes de parte de Tyler que se encontraba preocupado porque me fui sola, también Joselyn y Verónica me escribieron para preguntarme si me encontraba bien y si quería hablar; pero la verdad la única persona con la que necesitaba desahogarme era Miranda. Así que me fui a mi habitación para preguntarle si podía hablar y ella inmediatamente me hizo una video llamada, ella escuchó con atención mientras yo le relataba mi encuentro con Josh hasta la escena del hospital.

–También me quedé sin palabras cuando me lo dijo –comento mientras me acomodo en mi cama.

–Es un idiota –suelta molesta.

–Oye, tampoco hay insultarlo.

–¡Valery, te dijo que te fueras sola! ¡Apenas es tu cuarto día ahí y él te hizo irte sola!

–Entiendo que estuvo mal, pero su hermana estaba en el hospital y seguramente estaba muy estresado.

–Esa no es excusa para que te tratara como lo hizo.

–Tienes razón, no tiene excusa para tratarme así –admito soltando un suspiro.

–¿Estás bien?

–Sí, solo estoy procesando lo que pasó.

–Bueno, ¿la hermana está bien?

–No lo sé, quise dar espacio y no preguntarle a ninguno de los chicos.

–Entiendo –asiente y veo como su cabeza maquina con la información que le he dado–. Bueno, hay algo que sé que ambas nos estamos preguntando.

–¿A qué te refieres?

–¿Cómo es eso de que su familia es conocida y que Tyler no te quiso decir?

–Imagino que se refería a su hermana, antes era actriz.

–¿Me estás diciendo que no has investigado nada de él?

–No, no hago eso.

–Bueno, si tú no lo haces, yo lo haré –dice con una sonrisa traviesa.

–No me interesa saber, Miranda.

Ella me ignora y veo que ya tiene su computadora ahí mientras teclea, da algunos clics y luego espera, de pronto sus ojos están abiertos como platos y suelta un pequeño chillido.

–¡Valery tienes que saber esto! –grita aún con la sorpresa marcada en su rostro.

–No quiero parecer una acosadora.

–No lo estás acosando, la red tiene datos de él y tú solo sabrás algo que podría saber cualquier otra persona que lo conociera –intenta convencerme pero niego con la cabeza–. Bien, entonces te lo leeré.

–No me dirás lo que acabas de leer, no invadiré su privacidad así –digo con voz firme dándole a entender que el tema no está a discusión.

Oigo como la puerta de abajo se cierra, lo que me avisa que mi madre ha vuelto, miro hacia el reloj y noto que ya son las seis de la tarde, justo a tiempo como ella me avisó.

–Oye, mi madre ya vino, iré a saludarla –le aviso a mi amiga.

–Bien, hablamos mañana –se despide ella.

–Que te la pases bien –le deseo.

–Gracias, y si Josh quiere que lo perdones, has que se esfuerce aunque sea un poco –eso es lo último que dice antes de cortar ella misma.

En parte, Miranda tiene razón, Josh estuvo mal y me hizo sentir peor, ya que su padre de por si me había tratado de manera indiferente y eso me hacía sentir tan fuera de lugar. Apartando mis pensamientos me levanto de mi cama para ir abajo y saludar a mi madre, ella está sirviéndose un vaso con agua en la cocina, al verme, sonríe.

–Hola cariño, ¿cómo te fue en tu primer día? –pregunta sonriente, le devuelvo la sonrisa y me tomo un momento para ordenar mis ideas.

–Bien, una chica fue mi guía y no tuve problemas para las clases –le informo.

–¿Hiciste algún amigo? –Su voz me recuerda a cuando era pequeña y ella se preocupaba mucho por mí y de manera involuntaria empiezo a reír mientras ella me ve confundida–. ¿Qué es tan gracioso?

–O nada, solo que tu tono de voz parece dirigido a una niña de cinco años.

–Solo quiero saber si te estás sintiendo a gusto con tus compañeros.

¿Quitando el hecho de que Josh me hizo a un lado?

–Sí, la chica que fue mi guía me presentó con su grupo de amigos y fueron muy amables conmigo, incluso salí con ellos luego de clases.

–Me alegro por ti, cariño.

–¿Qué tal el trabajo hoy? –le pregunto, puedo notar que está muy contenta y seguramente tiene algo que ver con un caso que le habrán asignado.

–Me asignaron un caso –bingo, lo he adivinado–. ¿Puedes creer que hay un tipo que acusa a la compañía de celulares de robar sus datos? La compañía ni siquiera tiene acceso a los datos, es más, cualquiera pudo haber tomado esa información porque no la hizo privada.

–Entonces supongo que eres la abogada para la empresa que está siendo demandada –digo analizando la información.

–Así es, el tipo solo quiere sacarle dinero a la compañía y no voy a permitir que se salga con la suya –responde–. Por cierto, mi cliente quiere charlar más de esto en una cena.

–No hay problema mamá, estaré bien, puedo prepararme algo –le tranquilizo.

–De hecho, es en su mansión y me ha dicho que no hay ningún problema en que vayas, quiere que todo sea a puerta cerrada.

–Entonces sería mejor que no fuera, todo este asunto es privado –las reuniones de mamá siempre eran aburridas para mí, debía quedarme sin oír nada, no quería estar en una habitación de alguien desconocido cuando podía quedarme sola aquí.

–No quiero que te quedes aquí todo el día completamente sola, por favor ven conmigo –me pide.

–¿Puedo pensarlo? –ella asiente y yo le doy una sonrisa agradecida, no estoy para pensar en nada en estos momentos.

–Bien, ¿tienes tareas? –cuestiona.

–Ya las he hecho.

–¿Por qué no vemos una película y luego cenamos? –sugiere, a lo cual asiento agradecida de la distracción.

Vemos una de nuestras películas favoritas, tenemos un rato agradable sin charlar tanto y riéndonos de ciertas escenas, terminando la película mi madre prepara la cena y nos disponemos a comer, al final le afirmo que la acompañaré a la cena de mañana y ella sonríe más. Sé que esto es importante para ella y no quiero que crea que estoy molesta con ella o con su trabajo así que fuerzo una pequeña sonrisa.

Al final de la noche, voy al asiento que está frente a la ventana y me apoyo en esta, tomo mi cuaderno de dibujo y busco mi último dibujo, donde está el retrato de Josh; ahora que lo he visto más, noto que no estuve tan equivocada al recordar sus rasgos.

Suelto un suspiro mientras veo al cielo. ¿Qué pasa con este chico?

Hilos DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora