Capítulo 18

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Josh

Su cuerpo está en una caja, ¡en una maldita caja! Quiero gritar, tirar todo lo que tengo sobre el escritorio y luego patearlo, pero unos pequeños brazos me aprietan fuertemente, intentando transmitirme fuerza. El dolor no se va, pero es más soportable con ella abrazándome.

Sé que he estado demasiado tiempo en su abrazo y que debe estar cansada, yo apenas puedo soportar estar de pie ahora mismo, contra mis deseos, empiezo a separarme de ella.

–Gracias –digo sinceramente, ella solo me da una mirada y luego pasa su pulgar por mi mejilla para limpiar mis lágrimas.

–Creo que deberías bajar, tu padre estaba preocupado –comenta luego de un momento.

–¿Viste a mi madre? –pregunto preocupado, ella solo asiente y baja la mirada–. Entraré al baño y luego bajaré, puedes adelantarte si quieres.

Ella solo asiente aunque no se mueve, me muevo hacia mi baño y entro para echarme agua en la cara. No puedo creer que esto haya pasado, Adaline ya no está... no podré volver a molestarla y ella ya no me molestará tampoco, ¿qué voy a hacer sin mi hermana?

Me quedo unos minutos más ahí, respirando profundo e intentando calmarme, el dolor en mi pecho es enorme y ahora que me he quebrado, no creo poder aguantar estar con un montón de personas. Finalmente salgo del baño y ahí está Valery todavía, esperándome.

–¿Bajamos? –pregunto al acercarme, ella asiente y para mi sorpresa ella pasa su brazo alrededor de mi cintura, un segundo después, paso mi brazo encima de sus hombros y la atraigo todo lo que puedo hacia mí.

Llegamos a la sala donde ya todos mis amigos se encuentran callados, hay también algunos de los amigos de mi padre y de mi madre, pero no mucha gente, lo cual agradezco, no soportaría a tantas personas en estos momentos. Aprieto un poco el brazo de Valery y ella me acaricia la espalda, agradezco el hecho de que todavía no se ha separado de mí.

Pero entonces veo a Tyler, completamente destrozado y sé que nadie más lo comprenderá, ha vivido ocultando sus sentimientos y fui el único que pudo notarlo desde el principio, los demás pensaron que solo fue un enamoramiento pasajero y él prefirió que creyeran eso.

Aunque lo único que quiero es seguir apoyándome de Valery, me separo para caminar hasta donde Tyler está, alza la vista y entonces nos abrazamos con enorme fuerza, siento sus temblores por reprimir sus sollozos y aprieto más el abrazo esperando poder transmitirle un poco de apoyo, hacerle saber que entiendo sus sentimientos y que puede llorar en mi hombro.

Cuando nos separamos, veo sus ojos rojos por las lágrimas y el dolor, pero también noto el pequeño agradecimiento silencioso, luego encuentro a los demás listos para abrazarme. Algunos adultos se acercan a mí para expresarme sus condolencias y darme palmadas en la espalda, lucho contra el impulso de salir corriendo y esconderme como un cobarde; luego, llega el golpe final, ver a mis padres.

Me acerco a ellos y los abrazo fuertemente, mi padre se ve que está a punto de llegar a su límite y colapsar en llanto, mi madre en cambio ya está con los ojos hinchados y está intentando calmarse.

–Sabemos que esto es horrible pero, hay cosas del funeral que arreglar –dice mi padre.

–No quería un homenaje –digo rápidamente–, al menos me dijo que si llegaba a pasar algo así, no quería que hiciéramos algo en el momento.

–Entiendo, ¿dijo algo más? –pregunta mi madre.

–Me pidió que... les dijera que los ama demasiado y siempre lo hará –respondo con voz temblorosa, mi padre llega a su punto de quiebre y se retira rápidamente, para luego ser seguido por mi madre.

Hilos DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora