Capítulo 37

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Josh

Día de mostrar lo que tengo, mi última oportunidad para convencer a los reclutadores de que valgo la pena. Ahora que resolví muchas cosas con los socios de mi padre y el único que se sigue negando es Harry, pero ya que es el único en contra, aceptaron mi acuerdo de poder trabajar en la empresa pero también siguiendo con mis estudios y con el fútbol.

Claro, si me aceptan.

—¡Josh! —la voz alegre de Joselyn me hace voltear a ver, ahí vienen mis amigos y el amor de mi vida.

Sonrío y me les acerco trotando.

—Hola chicos, ¿han visto a mis padres? —pregunto algo nervioso.

—Claro, estaban en el estacionamiento, dijeron que se apurarían para desearte suerte antes de que todo esto se descontrole —responde Tyler.

Y tenía razón, esto era de todos contra todos, se rendía la actividad física, el manejo del balón y las tácticas; los que tuvieran eso, pasarían a ser seleccionados y puestos en equipos rápidos para que se jugaran partidos de treinta minutos. Esto sería pesado, ya que es todo en un día.

—¿Te ayudo a practicar? —se ofrece Oliver.

—Claro, gracias —digo mientras le lanzo una mirada a Valery quien está pensativa.

—Vamos a conseguir buenos asientos —informa Verónica despidiéndose con un rápido beso de Oliver, sonrío divertido.

—Apártame uno también —pide Valery, pero se gira hacia mí rápidamente—. ¿Está bien si me quedo aquí mientras tanto?

—Eso me haría feliz —contesto, ella asiente sonriendo y luego nos dirigimos a un lugar apartado donde Oliver me hace unos pases y yo los detengo, hago algunas técnicas y otras veces solo me concentro en pasarla correctamente.

Valery aplaude cuando hago un truco difícil o cuando logro que Oliver no pare la pelota y esa es suficiente motivación para que quiera dar lo mejor de mí. Unos minutos después decidimos que ya fue un buen calentamiento y que debo reservar mis energías, Oliver se va pero le pido a Valery que se quede un momento más.

—Estoy segura de que ganarás —comenta jugando con el balón frente a mí.

—Eso significa mucho para mí —respondo, ella está intentando pararse con los dos pies encima de la pelota, sonrío divertido—. Te caerás así.

—Cuando era niña, quería hacer esto, pero nunca pude tampoco —contesta sonriendo.

La agarro por la cintura y la levanto para que se pare encima del balón sin soltarla, ella se agarra de mis hombros y me da una sonrisa de agradecimiento.

—¿Qué sigue en tu lista de sueños? —pregunto sonriendo.

—No lo sé, darle un beso a un chico llamado Josh mientras estoy parada sobre una pelota de fútbol.

—Eso es muy específico, por suerte para ti, también puedo ayudarte con eso.

Queda justo cara a cara en estos momentos, por lo que no es necesario que me agache para juntar nuestros labios, su beso es lleno de cariño, me llena de energía y hace que toda la sangre de mi cuerpo fluya con más fuerza. Vaya que sus besos podrían ser buen incentivo cada vez que tengo un partido o algo por el estilo.

Cuando nos separamos, informan que la primera etapa dará inicio en cinco minutos. La ayudo a bajar y me da un rápido beso en la mejilla poniéndose de puntillas, disfruto de esa sensación de que se esfuerce por alcanzarme, es tierno.

—Lo lograrás —y seguido de eso, se va.

La primera prueba es algo dura, pero muchos no han llegado bien preparados, por lo que con buenas estrategias he logrado anotar varios puntos hasta ahora. No fanfarroneo con los trucos que hago cuando manejo el balón, prefiero concentrarme en mover la pelota al lugar indicado y no dejar que mis adversarios me la quiten.

Hilos DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora