Capítulo 12

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Josh

–Josh, sabes que debes calmarte, Adaline está en casa con ustedes y ya le dieron los medicamentos necesarios –dice Oliver a través de la línea telefónica tratando de calmarme.

–Sí pero no puedo creer que mi padre haya dicho que no cenaría con nosotros –respondo molesto.

–Supongo que al menos le pediste a Lidia que te subiera la comida para que supieran que no planeabas bajar, ¿cierto? –su tono es de reproche y no hace falta que conteste porque en el fondo, él ya sabe la respuesta.

Adaline está mal y creo que lo menos que podríamos hacer es tener una comida agradable con ella, pero papá ha dicho que no podría acompañarnos hoy, la verdad no lo entiendo.

–Escucha amigo... –empieza a decir mi mejor amigo para darme un buen discurso, pero oigo un golpe en la puerta.

–Dame un segundo –le pido para luego alejar el celular de mi oreja–. ¿Sí?

La puerta se abre y entra mi mamá, por supuesto que mi padre no vendría mientras estoy enojado con él. Ella se acerca a mi cama y se sienta en el borde, me remuevo un poco acostado para que tenga más espacio y se pueda sentar bien, lo cual hace.

–La cena acaba de servirse, ¿Lidia no te avisó? –pregunta con tono dulce.

–Lo hizo, pero no pienso bajar si Adaline no nos acompaña.

–Hijo, sabes que Adaline no está en condición de convivir con otras personas, aparte de que no le gusta.

–Deja eso para otra ocasión, mamá –respondo molesto–, somos su familia, no habría motivo para que no pueda convivir con su familia, al menos en la cena.

Su ceño se frunce en señal de confusión ante mi respuesta lo que hace que quiera agregar algo más, pero antes de que tenga la oportunidad de hacerlo, habla con un tono de total comprensión.

–Creo que Lidia no fue muy clara.

–¿A qué te refieres?

–Tenemos invitados en la cena, cariño.

Cierro los ojos de golpe y dándome mentalmente un golpe, tiene sentido ahora que lo pienso, Adaline no toleraría que la gente que no conoce la viera en su estado.

Maldición, si son los socios quedaré como un idiota engreído que cree que puede llegar tarde, con esto dudarán mucho de que yo empiece a trabajar en la empresa de mi padre tan joven. Quiero probar que merezco trabajar ahí y no es solo por tener el apellido Arango que entraré.

–Inventa que me enfermé o algo, no quiero bajar –contesto luego de un rato de pensarlo.

Incluso si insiste, espero que luego se rinda y me deje quedarme aquí.

Para mi sorpresa, mi madre se levanta y da un pequeño asentimiento, ¿ni siquiera preguntará por qué? Esto no es normal en ella, incluso me obligaría a bajar en otras ocasiones, tal vez se trata de una reunión de ella, aunque también ha intentado que modele en sus festivales; pero me niego rotundamente.

–Claro, supongo que puedes ver a tu amiga en el colegio –dice cuando ya está agarrando el pomo de la puerta.

Mi ceño se frunce en confusión, ¿Joselyn ha venido a cenar con su familia? Nuestras madres están en un nuevo proyecto pero ella me hubiese avisado que vendría, además, Adaline ha cenado con ellos en otras ocasiones.

–Espera, ¿quiénes han venido a cenar?

–Creí que tu padre te lo habría comentado, la madre de Valery ha resultado ser nuestra nueva abogada y han venido para hablar de los detalles de la demanda que le pusieron a tu padre.

Hilos DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora