Capítulo 30

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Valery

-¿Qué hubiera pasado si él no se hubiera detenido? -pregunta Miranda viéndome con una ceja alzada.

-Nada, eventualmente nos hubiésemos detenido -respondo, esperé un día para calmarme y contarle a mi mejor amiga lo que había pasado, aunque creo que debí haber omitido ese detalle.

-Val, ¿has pensado en...?

-No lo sé, igual, no puedo tomarme las cosas a la ligera y esto es nuevo para mí y... -suelto un suspiro sin saber muy bien que decir.

-Mira, no te mortifiques por eso, creo que harás lo mejor que debas hacer y sabrás cuando estés lista.

-Gracias por el voto de confianza.

-No es nada, dime, ¿ya le dijiste que te gusta? -sonríe de manera alegre.

-Nunca he dicho que me guste -digo en voz baja, mi madre está de descanso por lo que no quiero que oiga esta conversación.

-Se te nota cada vez que me cuentas de él, no intentes convencerme de que no.

Estoy a punto de contestar cuando un golpe en mi puerta me interrumpe, volteo hacia la pantalla de mi ordenador y antes de que diga algo, Miranda se me adelanta:

-Salvada por la campana, hablamos luego, te quiero.

-También te quiero, adiós -hago un ademán de despedida y corto nuestra video llamada.

Me levanto para abrir la puerta y encontrarme a Josh sonriendo.

-Espero no tener competencia -bromea al verme.

-Era Miranda -le tranquilizo.

-¿Tu mejor amiga? -pregunta alzando una ceja y yo asiento.

-Sí, de hecho, me estaba diciendo que eres un tonto -le molesto.

-No le negaré eso -afirma sonriendo y yo le sigo-. Lo que me interesa aquí es el hecho de que estabas hablándole sobre mí.

Siento un ligero rubor llegando a mi cara por el hecho de haberme delatado tan fácilmente, Josh ríe divertido por mi reacción entonces lo golpeo ligeramente en el hombro para evitar responder y decir algo más que me deje en evidencia.

-¿Acaso hoy había entrenamiento? -pregunto intentando hacer memoria de si habíamos quedado de vernos hoy.

-No, de hecho, te preparé una sorpresa.

-Supongo que mi madre está enterada ya que ni siquiera oí el toque en la puerta de abajo.

-Así es, ven, te aseguro que te gustará.

Sin darme tiempo a responder, me toma de la muñeca para llevarme escaleras abajo, me siento como en la mañana de navidad por la emoción que desprende Josh a mi lado. Abajo, encuentro a mi madre parada junto a unos botes de pintura, brochas y también sosteniendo unos pinceles.

-¡Sorpresa! -exclaman ambos.

-¿Qué es todo esto? -cuestiono sorprendida.

-Dices que quieres quitarle el color blanco a tu habitación, por lo que pensé que podríamos pintarla y darle color -contesta Josh.

-Me habló ayer y me pidió permiso, además de preguntarme tu color favorito -comenta mi madre sonriendo-, espero te guste la idea.

-Además, hay más pinturas por si quieres dibujar algo en la pared también -añade de manera nerviosa Josh-. ¿Qué te parece?

-¡Josh esto es increíble! ¡Te lo agradezco! -me acerco a él para abrazarlo y él corresponde de inmediato.

-Bueno, iniciemos acomodando las cosas para no mancharlas y luego podemos empezar a pintar -sugiere, yo asiento y subo emocionada hasta mi cuarto.

Hilos DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora