Capítulo 38

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Valery

Taylor había cumplido, cada día de clases, cuando menos lo esperaba, aparecían tres e incluso cuatro sobres con un periódico cada uno que decía algo sobre un escándalo de Josh con alguna chica.

La mayoría decía que las trataba mal, les gritaba, las ignoraba o decía que no significaban nada para él. Otros artículos decían que Josh se la pasaba en carreras ilegales de motos, todo eso entre los dieciséis y medio hasta unos meses antes de los dieciocho. Desapareció del ojo público por cuatro meses y luego volvió para su gran fiesta de cumpleaños donde él era otra persona prácticamente.

Dejó de conducir su moto, en los eventos y fiestas lo veían completamente sobrio y era muy amable, no se le volvió a ver con otra chica, a excepción de sus amigas. Chico con calificaciones ejemplares, participante en las buenas causas y con un futuro prometedor en la empresa de su padre. Todos habían dejado en el pasado al viejo Josh.

Pero ahora era lo único que pasaba por mi mente, ¿por qué me lo había ocultado?

Era el último día de clases y no había recibido ningún sobre, supongo que Taylor finalmente paró. Nunca los abrí en un lugar público para no darle la satisfacción de que viera mi expresión, no sabía qué pensar de todos modos.

El timbre indicando el final de la penúltima clase me saca de mis pensamientos, aunque la siguiente clase ni siquiera la recibiremos, ya que se trata de educación física, aun así, me encontraré con el grupo allá. Cuando estoy por guardar mis cosas en mi mochila, veo el famoso sobre.

Sin poder resistirlo, lo abro, y entonces, mi corazón se quiebra.

¿Por qué, Josh?

***

Josh

—Entonces, ¿hoy se lo dirás? —pregunta Oliver entusiasmado saltando por el campo.

—Sí —contesto nervioso—, sé que le dije que sería hasta que ella dijera que sentía lo mismo por mí, pero no hace falta, lo noto en sus ojos.

—¡Genial! Ya era hora que lo hicieras —comenta Tyler dándome una palmada.

—Tienes todo listo, ¿verdad? —cuestiona Steve—. Espera, vienen las chicas.

Me doy la vuelta entusiasmado pero ese entusiasmo decae al ver que solo vienen Joselyn y Verónica.

—Oigan, ¿y Valery? —les pregunto cuando ya están cerca de nosotros.

—No tenemos esa clase juntas, igual no tarda en venir —contesta Joselyn de manera tranquila.

—¿Por qué tanta desesperación? —cuestiona Verónica alzando una ceja.

—Amor, déjalo —comenta Oliver.

Estoy por hacer una broma para que Verónica se ponga tímida y se moleste, pero entonces Tyler me da un codazo, volteo al frente y veo a Valery caminar hacia nosotros con mucha prisa. Luce algo molesta, espero que solo se trate de que su clase fuera aburrida.

Camino un poco hacia ella para interceptarla antes que llegue a todo el grupo. Cuando hace contacto visual conmigo me intimida, me da una mirada furiosa y parece que quiere atravesarme con rayos láser o algo por el estilo.

—Oye, ¿qué...? —empiezo a preguntar cuando está frente a mí, pero no termino porque su palma estampándose contra mi mejilla me interrumpe.

—¡Espero te hayas divertido jugando conmigo! —grita furiosa.

—¿De qué hablas?

—¡Deja de mentir, Josh! ¡El papel de inocente ya no te va!

Bueno, ¿qué estaba pasando ahora?

—Valery, por favor explícame, no entiendo.

—¡Deberías saberlo! Al final, la estúpida aquí soy yo, por creer en ti.

Bien, eso sí que me dolió.

—¿Cómo puedes decir eso? No puedo entenderte si no me dices porque te molestas —intento no alterarme, todos en el campo nos rodean y si yo me pongo a gritar será peor.

—No eres un juguete, no voy a hacerte daño —hace comillas con sus manos mientras habla e intenta imitar mi voz.

—Y no lo pienso hacer —digo desesperado.

—¿Pues qué crees, Josh? Ya lo hiciste —sus ojos se llenan de lágrimas pero parece no importarle—. Solo vengo a decirte que ya puedes volver con Taylor, este juguetito ya se rompió.

Y entonces me lanza algo que me deja helado. Es una foto de Taylor besándome y está claro de cuando fue esa foto. El día del partido, el día en el que me golpearon. Y era claro que ella lo sabía.

—Te puedo explicar esto —empiezo a decir e intento acercarme a ella pero me empuja de inmediato.

—Da un paso más y te juro que la paliza de aquel día no se comparará con la que te daré.

Levanto las manos para mostrar que no quiero pelear. Sabía que debía decir algo, sabía que todo se juntaría y el no aceptar el chantaje de Taylor me saldría peor, pero sus jueguitos me tenían harto y pensé que no haría nada al no ver drama tan pronto.

Olvidé que el depredador ataca cuando su presa se cree estar segura.

—No te me vuelvas a acercar, no quiero verte —murmura cuando me ve a los ojos.

Las lágrimas han empezado a derramarse y siento como la vida se me desmorona, esto lo hice yo, creé dolor en la persona que me hizo feliz. Y eso es una mierda total.

—Por favor, solo déjame explicarte —ruego.

—¿Qué vas a explicarme? ¿Cómo esta foto demuestra que me mentiste? ¿O me vas a explicar el hecho de que me has estado ocultando la persona que eras antes?

Me congelo, lo sabe. Todos tenían razón, pero fui egoísta y quería que tuviera la idea del brillante Josh sin estar manchada por el idiota que fui en el pasado.

—Yo en serio lo lamento, nunca quise que todo esto pasara —ni siquiera entiendo, con esto no lograré nada y lo sé, pero tal vez estoy pidiendo un milagro para que ella no se vaya.

—Pero pasó —su mirada está llena de enojo y decepción, da unos pasos hacia mí— y ahora, lo que sea que existiera antes entre nosotros, terminó.

Se da la vuelta y se abre paso entre la multitud que nos rodeó. Su figura se hace tan pequeña hasta que ya no puedo verla, la multitud se dispersa y luego mis amigos hacen un círculo a mi alrededor. Tyler se agacha para recoger la foto y al verla me dirige la mirada más fría del mundo.

—¡Eres un maldito bastardo, Josh! —grita para luego empujarme—. ¡Te lo advertí! ¡No puedo creer que sigas siendo el mismo imbécil!

Me sigue empujando pero yo no me defiendo, me lo merezco.

—¡Tyler! ¡No podemos hacernos pedazos entre nosotros chicos! —interviene Verónica jalando de la camisa a Tyler para que pare.

—¿Quién encontró a Josh ese día? No me vengas con ser racional porque tú lo hallaste, no puedo creer que hayas hecho eso, ni siquiera te reconozco —Verónica retrocede cohibida, Tyler vuelve a enfocarse en mí—. Te dije que si pensabas joderla, te detuvieras, me aseguraste que no era así, pero sigues siendo una basura.

—Tyler... —susurra Joselyn.

—¡Guardamos tu secreto! ¡Prometiste que esta vez era diferente! ¡Estoy harto de tu mierda, Josh! —su voz se corta con cada oración y me mira con dolor en sus ojos.

No dice nada más, solo se da la vuelta y corre rápidamente lejos del campo.

Cuando todo se queda en silencio, cuando no hay nada más que el ruido sordo de mis pensamientos, todo se viene abajo. La realidad me golpea como un balde de agua helada.

Todo se desmorona a mi alrededor y empiezo a llorar, no lo puedo creer, desearía que esto fuera una mala pesadilla; pero sé que es muy real y el dolor en mi pecho me lo demuestra.

La jodí, ella se fue y ha sido completamente mi culpa.

Hilos DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora