CAPITULO VII: I CAN'T FACE MYSELF

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"LAS MIRADAS NO PUEDEN GUARDAR SECRETOS"

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"LAS MIRADAS NO PUEDEN GUARDAR SECRETOS"

-¿Quién es? - la tailandesa habló desde su escritorio al escuchar los constantes golpes en la puerta - Adelante - levantó su vista al frente - Jennie

-Hola - su voz sonaba avergonzada.

Lisa no pudo evitar sonreír ante la imagen frente a ella, era una Jennie totalmente diferente a lo común. Su imagen segura no estaba presente en ese momento.

Mantenía sus manos tomadas entre si mirando avergonzada al suelo mientras caminaba lentamente hacia el lugar de la tailandesa.

-Lamento hablarte como la última vez - la castaña susurró con arrepentimiento manteniendo su mirada en el suelo - No estaba bien, estaba molesta y actúe mal. - la tailandesa suspiró débilmente - No resolví nada con Nayeon y eso me tiene un tanto desesperada. Sé que yo también he cometido errores que necesitan ser reconocidos - ladeó una pequeña mueca.

-No tienes por qué darme explicaciones, Jennie. Al final creo que lo que menos necesitabas escuchar era sobre tus errores, muy aparte de que los tengas o no.

-¿Ya no estas molesta? - preguntó con terror a que su respuesta fuera positiva.

- Por supuesto que no. Nunca estuve molesta, solo no te busqué porque era mejor que tuvieras tu espacio y trataras de solucionar tus problemas. - la castaña sonrió.

-Gracias, Lisa - continúo mirando el suelo - Pero no sé cuánto tenga que pasar para que resuelva todo con Nayeon, es realmente complicado.

-¿No has intentado hablar con ella? No lo sé, tal vez que es lo que piensa o el por qué está molesta - preguntó intentando ayudar a la castaña.

Esperó pacientemente a la respuesta de la pintora, quien parecía estar meditando sus palabras.

-No, supongo que ese ha sido el problema. Ignorar el simple hecho de que existe uno. - ladeó una sonrisa melancólica.

-Jennie, no quiero ser grosera o algo por el estilo

-¿Uh? - la miró confundida ante el repentino cambio de tema.

-Tengo una junta directiva en menos de 5 minutos, no quiero retrasarme - hizo una mueca - Llegaste demasiado tarde.

-¿O sea qué me estas corriendo? Yo estoy aquí amablemente pidiendo disculpas y tu solo - la pelinegra negó rápidamente ante los reclamos infantiles de la mayor.

-Es importante

-Bien, - se resignó - me iré. Pero no porque tú lo pides, tengo trabajo de qué hacer. - aseguró mientras caminaba a la puerta - Cuídate, Lisa. - se despidió con una sonrisa en su rostro - Me avisas cuando tengas tiempo, no quiero volver a venir en vano - hizo un mohín con sus labios.

La tailandesa salió detrás de la castaña tomando su dirección a la sala de juntas para la reunión mensual con los empleados.

Tomo asiento en una de las sillas vacías, afortunadamente logro llegar con un par de minutos de anticipación.

AFTER THE GOLD RUSH | CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora