"No puedes arder en fiebre por siempre"
La fiebre dorada pasará, las heridas se convertirán en cicatrices, la venganza se consumara, y consigo pasión y dolor surgirán.
"No puedes huir de tu pasado"
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La tarde había caído en la ciudad de Seúl, Jennie entro en el enorme departamento, cerrando con cuidado la puerta principal detrás de ella.
—¿Hola? — levantó la voz, haciendo casi eco dentro de las paredes — ¿Estas? — sonrió al ver aparecer a la figura femenina frente a ella.
—Mira quien aparece por aquí, después de tanto — la mujer levantó una ceja.
—Solo fueron tres días — rodó los ojos.
—Tres días son suficientes, te extrañe demasiado, Jendeukie. — Se acercó para abrazar a Jennie.
—Yo también te extrañe, Chu — devolvió con fuerza el abrazo — ¿Cómo estás?
—Mejor que la última vez, si — ladeó una sonrisa — Y más ahora que puedo verte.
—Estoy muy feliz por eso, Chu. — Metió los mechones del cabello alborotado de Jisoo detrás de su oreja — En serio lamento no venir, pero tenía tantas cosas que hacer, con la galería, mi madre con sus cosas familiares y... entre otras cosas.
—Entiendo, Jendeuk. Tu vida no debe girar en mi ¿Cuándo será el día que lo comprendas? — caminaron dentro de la sala de estar.
—Yo lo sé, Jisoo. Pero me preocupo por ti, eso nunca cambiara. — Se sentó a un costado de la mayor — ¿Esas flores? — Jisoo levantó su mirada.
—Oh... — frunció el ceño un poco — Las trajo SooJoo esta mañana — Jennie asintió con fastidio en su rostro — ¿Qué quieres ver hoy? ¿drama? ¿acción? — habló mientras veía el catálogo de películas en la TV — La verdad yo tengo ganas de ver otra vez Harry Po... — se detuvo al ver la expresión de Jennie — ¿Jennie, qué pasa?
—Nada. Pon lo que tú quieras. — Jisoo suspiró dejando el control en la mesita de centro.
—¿Es por las flores de SooJoo? — sonrió con burla — Jendeukie
—No, Jisoo. No es por eso, estoy bien. Al final ella es tu novia, y yo solo tu amiga.
—Te ves tan linda cuando estas molesta, tus mejillas se inflan aún más — apretó un poco la mejilla izquierda de la pintora — También cuando ruedas tus ojos sin ningún motivo aparente eres tan hermosa en todo momento. — Susurró.
—Jisoo no hagas esto, por favor — murmuró con dolor — Sabes lo que siento por ti y tienes una estúpida novia que siempre estará de por medio.
—Lo lamento, Jendeukie. Mi intención jamás ha sido herirte, pero...
—No quieres terminar con la estúpida doctora de cuarta — se cruzó de brazos.
—No es una estúpida doctora de cuarta, Jennie. Ella es buena en lo que hace, además no es una mala persona.
—Si, claro. Lo que digas, ya entendí tu decisión, Jisoo. No terminaras con ella. — Su voz fue relativamente débil, y estaba a punto de quebrarse.
