"No puedes arder en fiebre por siempre"
La fiebre dorada pasará, las heridas se convertirán en cicatrices, la venganza se consumara, y consigo pasión y dolor surgirán.
"No puedes huir de tu pasado"
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No, no, no.
Por favor no...
—Lisa, Lisa, ¡Lisa!—Abrió los ojos rápidamente, mirando a los ojos marrones que la miraban fijamente.—¿Estas bi...?—Lisa miró a todos lados por un momento, en un intento de enfocar sus tormentas mentales, y en cuanto esto pasó se lanzó rápidamente para abrazar a su novia. Sollozando en el cuello de la rubia, una enorme presión en su pecho se hacia cada vez más grande.
—Rosie...—Apretó más su agarre al cuerpo de su novia, como si soltarla significara perderla.—Yo...—Apenas pronunció en un pequeño llanto.
—Hey, Lis, Esta bien, te tengo...—Dejó ligeras caricias en el cabello oscuro.—¿Quieres hablar de ello?—negó—Bien.
—Fue una pesadilla, no habían vuelto, podía... yo debería controlarlas. No sé qué paso.—Rosie miró con tristeza el cuerpo tembloroso entre sus brazos—No quiero esto en mi vida, Rosie. Me d-da tanto miedo de que...—Su voz se cortó y enterró más su rostro entre el cuello de la rubia.
—Lis, no tienes que temer, estoy aquí. Si es necesario que vele tus sueños todas las noches de mi vida no lo dudes, lo haré. Pero sabes que puedes hablar conmigo, puede ayudar.—Dijo con delicadeza, dejando un beso en el cabello de la menor.
—Lo sé...—suspiró, controlando su llanto—Pero igual tengo miedo.
—¿De confiar en mí?—No pudo evitar que cierto dolor se filtrara en su voz. Lisa negó rápidamente.
—De que te vayas...—el corazón de Rosé se apretó.
—Lisa, no tengo idea de donde sacas esas ideas. Pero no me iré, no voy a huir de tus miedos, los enfrentare contigo. ¿Por qué me iría?
—Porque no soy quien crees, no soy una buena persona, Rosie—Por fin miró a los ojos de la rubia.—Hice cosas terribles.
—No soy nadie para juzgar lo que sea que hayas hecho en el pasado... te amo por quien eres ahora. Y sea lo que te este atormentando, te sacaré de ahí. Te lo prometo.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo. Ahora intenta dormir un poco más en la mañana podemos platicar... si quieres—Lisa asintió, acomodándose mejor en el abrazo con la rubia.
EN OTRA PARTE DE SEÚL:
Jisoo estaba finalizando su maquillaje de diario frente al espejo de su habitación, antes de sentir un par de brazos rodeándola por detrás.
—No tardaste nada en la ducha...—se inmutó al contacto y siguió con su rutina.
—Bueno... quería desayunar contigo—dejó un besó en el cuello de la diseñadora—¿Es un nuevo perfume?
—Si, se me terminó el otro.—Su voz seguía seca.
—Entonces... en cuanto regreses de trabajar tendrás tu nuevo perfume aquí.
