Rosé sintió una suave sacudida en su cuerpo, alguien intentaba llamar su atención. Para ser específicos, alguien intentaba despertarla de su profundo sueño.
-¿Qué es...? - la rubia articuló entre susurros aun somnolienta.
-Tienes que despertar, Roseanne - continúo sacudiendo el cuerpo de la rubia.
-Si, sí. Ya entendí, pero... - enfocó su mirada en la persona frente a ella - ¿Lalisa? ¿Qué haces aquí? - enderezó su cuerpo en la cama.
-¿Qué hago aquí? -cuestionó con ironía -Se supone que es mi habitación -. Ladeó una sonrisa burlesca.
-¡Oh, por Dios, es cierto! -un ligero sonrojo de vergüenza se extendió por todo su rostro - Lo siento, - bajó la mirada - tuve que haberme ido antes.
-Hoy has dicho mucho lo siento, y realmente no tiene sentido. ¿Qué es lo que sientes?
-La invasión a tu privacidad, tal vez... - respondió obvia.
-Entiendo. - Se alejó de la cama aproximándose al otro extremo de la enorme habitación.
-¿A dónde vas? - la pelinegra giró en su propio eje para mirar a la rubia.
-No iré a ningún lado, solo estaré en la sala de estar. ¿Necesitas algo?
La rubia negó levemente con su cabeza, seguido de que la menor se alejara, tomo su celular móvil entre sus manos, encendiéndolo por primera vez en todo el día. Mirando no solo los cientos de mensajes de texto y llamadas que tenía perdidas, si no también la hora.
-Estoy muerta - susurró en resignación - Joy me matará - cubrió su rostro con pesar.
Se aproximo a la puerta de la habitación, deseando decir demasiadas cosas a la tailandesa, sin embargo, solo pudo gesticular tres palabras.
-Tengo que irme -habló suave, pero lo suficiente para que la pelinegra la escuchara.
-Si, claro - la menor mantuvo su atención en su celular móvil, sin girar a la rubia.
-Bien, me voy y gracias - la pelinegra simplemente asintió, ignorando todos los movimientos de Rosé.
-Roseanne - la tailandesa pronunció antes de que la mayor saliera.
-¿Sí?
-Tu auto está en el estacionamiento, puedes preguntar a cualquier empleado que diga por donde entrar -. Continuó sin mirarla.
- Oh... Gracias. Otra vez.
La rubia bajo del ascensor del hotel en dirección al estacionamiento privado del mismo, con la guía del personal logró llegar sin ningún problema.
Condujo por los suburbios de Gangnam en camino a su propio departamento, tenía que enfrentar las acusaciones Joy le daría, ya que la idea de pasar otra noche fuera no era opción.
Haciendo el mínimo ruido logro entrar a su departamento rodeado de oscuridad en ese momento. Al su parecer la castaña ya estaba durmiendo, lo dedujo porque no se percibía ni el mínimo movimiento o sonido.
-¿Rosé? - escuchó la voz de Joy desde las escaleras, retrocediendo un par de pasos por el susto.
-Hola - las luces fueron encendidas por la castaña -Joy -susurró con vergüenza en cuanto enfoco su mirada en los hinchados ojos contrarios - Lamento esto... - se señaló a sí misma.
-¿Por qué? -cuestionó con furia palpable en su voz - Eres una estúpida, Roseanne. ¿Cómo pudiste...? - Un gruñido lleno de rabia salió de sus labios. - ¿Qué es lo que te pasa? -evitó gritar para no molestar a los vecinos, pero sin duda gritar era lo que más deseaba en esos momentos.
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AFTER THE GOLD RUSH | CHAELISA
Fanfiction"No puedes arder en fiebre por siempre" La fiebre dorada pasará, las heridas se convertirán en cicatrices, la venganza se consumara, y consigo pasión y dolor surgirán. "No puedes huir de tu pasado"