CAPITULO XXIII: GOLD RUSH

897 91 14
                                    

FLASHBACK:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

FLASHBACK:

—¿Qué es fiebre de oro?

—¿Por qué me preguntas eso?—respondió confundida.

—Tengo curiosidad—la voz de la niña habló suave—Mi mamá me compro un libro, se llama Fiebre Dorada, pero no lo he leído, aunque no creo que sea como cuando me enfermo y tengo fiebre—la castaña rio ante la mueca de la niña.

—Creo que fue un hecho histórico, algo relacionado con el oro y las minas. Pero no estoy segura...—se sentó en la orilla de la cama.

—¿Podemos leer el libro? así lo descubriremos juntas. Es muy corto, por favor, ¿sí?—suplicó. Y a la castaña no le quedó de otra más que aceptar.

—Hace mucho tiempo en el enorme Londres, durante las cenizas de la era victoriana, Luan, un joven con una hermosa armadura plateada decidió que no quería tenerla más. Él quería mucho más

El oro es mucho más valioso que a plata, ¿no es así?

El pensó en eso, pero no pensó en el daño que su avaricia provocaría, el oro podrá ser más caro, pero, la armadura plateada, aunque ya era vieja, había cruzado todas aquellas resplandecientes aventuras junto a Luan, sin fallarle alguna vez.

Aun brillaba tanto como la luna, pero no fue suficiente para el, Luan quería al sol.

Así que en una de las noches más brillantes por la luna en Londres, el hurtó en el palacio del Reino, robando una hermosa armadura de oro. Sin embargo, los guardias lograron ver el robo, precisamente a la armadura plateada que el joven utilizaba. Y con eso, se inicio una búsqueda de aquel caballero ladrón que portaba dicha armadura, darían una enorme recompensa a quien lo entregara.

Muchas personas que conocían a Luan y a su armadura plateada, estaban dispuesto a entregarlo y así obtener no solo la recompensa, si no también gloria.

En medio de una desesperación interminable, Luan decidió escapar. Jade, su novia le dijo que no lo hiciera, que ambos lo resolverían, que primero entregara la armadura dorada, y así podrían comenzar a resolver sus problemas.

Luan no estaba dispuesto a dejar lo que tanto había anhelado. El se iría...

Ambos destrozados por que se alejarían, Jade suplicó a Luan que no la dejara, que no dejara que su avaricia por encontrar oro, lo desplazara de todo lo que ya había construido en plata.

Luan dejo a su amor plateado.

Jade ella dejo de brillar, ni siquiera la Luna podía reconocerla.

Y con el paso del tiempo... aquella armadura plateada dejó de tener valor para Luan.

Después de meses de simplemente huir, Luan escuchó de un peculiar brote de oro en Estados Unidos, y al cumplir 22 años el viajó a ese nuevo mundo. Aquel mundo lleno de pruebas y crueldad que Luan no conocía pero el iba en busca de satisfacer por completo su ambición por oro, que solo incrementaba más y más.

AFTER THE GOLD RUSH | CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora