CAPÍTULO XLVI: DIRTY GAME

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Jisoo caminó por los pasillos de Chanel, no tuvo éxito en encontrar a la tailandesa

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Jisoo caminó por los pasillos de Chanel, no tuvo éxito en encontrar a la tailandesa. Y todo esto le estaba pareciendo una enorme señal para alejarse de esa tontería.

Pero antes de retroceder o hacer cualquier cosa, se topó con alguien, no era quién esperaba, pero podía funcionar.

—Roseanne—saludó a secas.

La rubia mostró desagrado en su rostro, Jisoo podía ver a la perfección que no le caía para nada bien, y honestamente, era mutuo.

—Hola, señorita Kim... —apretó los labios.

—¿Has visto a Lisa? —Roseanne frunció el ceño, pero terminó negando con la cabeza.

—¿Por qué?

—Solo... necesito compartir con ella un par de diseños del fin de semana, ya sabes, como estuvo ausente... —dijo con ironía—Y no lo he visto en todo el día.

—Yo tampoco. Quiero decir, la vi está mañana, pero no después... —Jisoo observó la ligera confusión en el rostro de la rubia. Y en ese momento tuvo un mal presentimiento.

¿Si Soo-Young le había hecho algo? Lisa no solía desaparecer tanto tiempo normalmente... era extraño.

El terror llenó todo su cuerpo, haciéndola temblar hasta los huesos. Podía estar enojada con Lisa, pero jamás permitiría que le hicieran daño. Aunque suene hipócrita de su parte, ya que hace algunos meses ese era su único propósito, pero sin duda las cosas cambiaron, ya no se sentía tan... así.

—¿Puedes... llamarla? —Mierda, hasta su voz sonaba insegura. Roseanne parecía estarla tomando como un chiste, y eso la hubiera molestado en cualquier otro punto, pero si Lisa esta en peligro... —Por favor, realmente es urgente. —Y ahora sonaba como una desesperada, y frente a Roseanne Park.

—Claro... —susurró totalmente desorientada. ¿Qué demonios le pasa a Jisoo?

Llamó el número de Lisa, pero no obtuvo una respuesta.

—Ella... —Jisoo titubeó.

—No responde—dijo sin más—Tal vez está ocupada y...

—Vuelve a llamar—demandó.

Y la rubia puso los ojos en blanco, pero aun así lo hizo, llamó una y otra vez. Si una respuesta, claramente.

—Jisoo, ella no responde. Si la veo le diré que ocupas su presencia y que vaya a revisar esos diseños que... —No pudo ni siquiera terminar porque la mayor ya le estaba gritando.

—¡Es que no lo entiendes! ¡Es importante! —gritó con desesperación, sin importar llamar la atención de otros—¡Vamos, solo llámala!

Rosé apagó su celular, ya harta por los gritos de Jisoo, que sinceramente parecía una loca. ¿De dónde salió tanta insistencia?

AFTER THE GOLD RUSH | CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora