"No puedes arder en fiebre por siempre"
La fiebre dorada pasará, las heridas se convertirán en cicatrices, la venganza se consumara, y consigo pasión y dolor surgirán.
"No puedes huir de tu pasado"
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"Añorar el pasado es correr tras el viento"
La tailandesa despertó más tarde de lo común, en medio de un gruñido apago la alarma por tercera vez.
Giró con frustración dentro de su propia cama de hotel. Un día más en el que tenía que prepararse para ir a su trabajo.
Miró a los lados de la fría habitación y suspiro con resignación. Salió de la cama y comenzó a realizar su rutina de todos los días.
Una vez más, necesitaba salir de su propia rutina, odiaba continuar así.
Al salir del hotel la soledad invadía por todo su cuerpo, la fría brisa mañanera le provocó un escalofrío de pies a cabeza.
-¿Por qué cada día hace más frio en esta ciudad? - prendió la calefacción del auto, frotando sus propias manos para entrar en calor. - Volveré a llegar con retraso, Soo-Ah se comenzará a quejar con Virginie si no comienzo a llegar temprano - habló para sí misma mientras ponía en marcha el auto.
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-Rosé ¿Por qué me estas ignorando? - los ojos de Joy mostraban suplica.
-¿ignorándote? ¿Por qué dices eso? - se acercó a la castaña.
-Últimamente eres distante, no sé qué te está pasando - suspiró - ¿Estas molesta conmigo? ¿Algo hice mal? - lagrimas comenzaron a correr por las mejillas de la castaña.
La mirada llena de dolor causo una opresión de culpa en el pecho de Roseanne, ella sabía perfectamente que pasaba. Pero era demasiado cobarde para aceptar que ella era quien estaba fallando.
-Escucha Joy, no pasa nada contigo, he estado cansada, molesta y desesperada porque algunas cosas no me están saliendo como desearía y todo eso lo estoy desquitando contigo, no mereces esto. Perdóname - limpió delicadamente las lágrimas de Joy - Te prometo que nuestra relación será mejor, pondré de mi parte y a partir de hoy solo habrá buenos momentos - besó la coronilla de la frente de su contraria.
-¿No volverás a olvidar nuestras comidas? - se abrazó al torso de la rubia.
-Por supuesto que no - rio, recibiendo el abrazo de Joy.
Rosé no le había mencionado las razones reales por las que olvido su almuerzo un día anterior. En cuanto encontró a Joy en el edificio, lo único que dijo es que tuvo una emergencia y por su propia distracción olvido su almuerzo, recordándolo demasiado tarde.
Joy al inicio estaba furiosa, tanto que hizo más de veinte llamadas al teléfono de la rubia, llamadas que fueron ignoradas.
Roseanne no tenía la valentía de hablar con la verdad y con quien había compartido almuerzo en lugar de la castaña.
