Park JiMin es un omega que está locamente enamorado de su alfa pero se da cuenta de la peor manera que éste no era lo que él pensaba descubriendo así que le era infiel.
El omega queda destrozado pero con ayuda de su mejor amigo buscará recuperarse a...
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JiMin se encontraba debatiendo entre sí acceder o no a la petición del alfa porque, Diosa como le permitiría al hombre estar entre sus piernas, no, definitivamente sería mejor usar uno de sus lindos y útiles juguetes para calmar su celo y no sucumbir ante los deseos de su omega.
El solo imaginarse a tan sensual hombre haciéndolo gemir hizo que su entrada soltara más lubricante de lo que ya lo hacía por lo que prefirió decir.
--- N-no, yo no, e-es que y-yo, yo creo que e-es muy pronto...
--- Tranquilo bebé me refería a que me dejes ayudarte pero no en persona, si no te sientes cómodo con eso está bien para mí, pero me gustaría que me permitieras deleitarme con tu dulce voz y poder escuchar tus jadeos, que permitas a tu omega saber que su alfa está ahí para él, para tí, para los dos, para ayudarlos con su dolor. Entiende pequeño, me duele que te duela.
El pelinegro hablaba con una voz demasiado sensual y gruesa, reflejando lo mucho que lo deseaba pero también lo hacía de una forma dulce como transmitiendo amor que JiMin no sabía si el alfa sentía para con él, pero de igual forma la voz del alfa se escuchaba como la misma gloria y él no podía dejar de morderse el labio por tratar de calmar los gemidos que querían abandonar su boca solo por escucharlo hablar con su gruesa voz, ya que el que el chico le hablara de esa manera solo hacía que su lucidez disminuyera y no sabía si pudiera seguirse resistiendo ante tal petición.
--- Yo...
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YoonGi por su parte estaba muy excitado, su pene se encontraba completamente erecto de solo imaginar lo hermoso y sensual que se miraría JiMin en estos momentos con las mejillas rojas y los labios siendo mordidos por el mismo omega, pues había descubierto que era un hábito que el rubio tendía a hacer cada vez que estaba nervioso y pensaba mucho las cosas.
--- Vamos bebé, se bueno conmigo y déjame escucharte cariño, permite a tu alfa que te ayude.
Una nueva oleada de lubricante bajó por sus nalgas y ya no se pudo resistir.
--- Si alfa, ayúdame. ¡Aaah! --- accedió el de ojos azules soltando un jadeó mientras sus pupilas se dilataban después de escuchar al alfa insistir en lo que quería que hiciera, logrando caminar con algo de dificultad hasta su habitación para poder colocarse sobre su cama.
