Park JiMin es un omega que está locamente enamorado de su alfa pero se da cuenta de la peor manera que éste no era lo que él pensaba descubriendo así que le era infiel.
El omega queda destrozado pero con ayuda de su mejor amigo buscará recuperarse a...
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El moreno omega se removía lentamente, unos besos húmedos eran dejados por todo su cuello y hombro, el delicioso aroma de panqueques con miel hizo que su estómago gruñera y terminara de despertar.
Se dió media vuelta para toparse con un bello hombre el cual repartía las caricias sobre su cuerpo y le sonreía cálidamente, con esa hermosa sonrisa que figuraba la de un dulce e inocente conejo.
--- Buenos días precioso, ¿Tienes hambre?.
El omega sintió lentamente que se derretía con la voz del chico tan ronca y varonil, como si también tuviera poco de haber despertado, así que contestó con un asentimiento de cabeza y el alfa se colocó de pie para acercar una charola la cual contenía un desayuno para dos.
TaeHyung se sentó en la cama y sonrió al alfa en agradecimiento --- Gracias, se ve delicioso --- dijo mientras empezaba a cortar y comer el panque.
--- Espero que lo esté, porque no suelo cocinar casi nunca --- comentó rascando su nuca con nerviosismo.
--- Oh si, están muy buenos, prueba --- aseguró el omega extendiendo un trozo de hotcake hacia el pelinegro.
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El alfa abrió la boca para recibir la porción que se le ofrecía y masticó, descubriendo y agradeciendo a la madre Luna que no le quedaron tan mal. Realmente quería impresionar al bello hombre en su cama.
--- ¡JEON YA LLEGUÉ!-- - se escuchó un grito en la entrada y el alfa palideció dejando al moreno para salir del cuarto y callar a la mujer recién llegada.
Por su parte TaeHyung, se llenó de vergüenza y sus ojos empezaron a acusarse sin poderlo controlar, se levantó de la cama para vestirse lo más rápido posible y salir cuanto antes de ahí, no quería problemas, y aunque le entristecía que su burbuja de amor se haya roto tan pronto, sabía perfectamente en que podía estarse metiendo al irse con un chico del que apenas sabía su nombre, tal vez solo había sido un encuentro de una vez y no por qué el chico fuera amable y le llevará el desayuno a la cama, quería decir que podía hacerse ilusiones con él.
Cuando terminó de vestirse y tomar sus cosas, asomó la cabeza por la puerta y salió con cuidado de la habitación con la intención de no ser descubierto en su huída, por lo que caminó lentamente hacia la salida, pero sus pasos fueron detenidos a medio camino por una dulce voz.
