Park JiMin es un omega que está locamente enamorado de su alfa pero se da cuenta de la peor manera que éste no era lo que él pensaba descubriendo así que le era infiel.
El omega queda destrozado pero con ayuda de su mejor amigo buscará recuperarse a...
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--- Entiendo --- respondió el alfa mirando al piso mientras mordía su labio inferior --- Está bien no te preocupes, será para la próxima, entonces.
El pálido asintió repetidas veces comprendiendo que el chico se negara a su petición de salir con él y levantó la mirada para hacer ademán de irse mientras el omega de JiMin rasguñaba su interior al ver el semblante del alfa decaído pidiendo que no lo dejara ir y lo reconfortara.
--- Pero ... --- YoonGi detuvo sus movimientos al escuchar esa simple palabra y volteó su mirada para encontrar los bellos orbes azules que poseía el hermoso rubio --- si no te molesta podríamos pedir algo para cenar y comer aquí en mi casa juntos, o podríamos preparar algo si quieres, lo que pasa es que estoy cuidando de SeokGi el sobrino de mi amigo HoSeok, y el pequeño ya no tarda en dormirse, por eso no puedo salir.
El alfa abrió los ojos por el asombro comprendiendo por qué el chico se había negado a salir, no era que lo rechazara era que estaba cuidando de un cachorro y eso hizo que la esperanza volviera a nacer con más fuerza en su interior, puesto que estaba siendo invitado al hogar de JiMin lo cual era mil veces mejor que salir con él, porque los omegas solo suelen invitar a sus moradas a personas de suma confianza y el pensar en ello hacía que su alfa inflara el pecho de mero orgullo por ser digno de entrar a ese lugar.
--- ¿Estás seguro, no será molestia?, no quisiera incomodarte --- habló el pálido pero su lobo rasguñaba pidiendo que se callara y aceptara la invitación sin rechistar, para que no hiciera dudar al lindo omega de su decisión con sus estúpidas preguntas.
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--- Está bien para mí, estoy seguro de querer que cenemos juntos, no te preocupes, pasa. ¿Quieres pedir una pizza o prefieres que preparemos algo?
--- Una pizza está bien --- el alfa comería tierra si fuese necesario con tal de estar cerca del chico bonito. Y pensó que si no lo hacía cocinar sería una escusa perfecta para cenar juntos una segunda vez, por la promesa que el omega le hizo el otro día sobre que algún día cocinaria para él.
--- Voy a poner la flor en agua y ahorita ordenamos la pizza, ¿Está bien? pero, pasa, siéntate.
El alfa asintió y caminó dentro del hogar del rubio mientras observaba todo con detalle, encantado con la decoración prolija y cálida del lugar, respirando profundamente para poder llenarse los pulmones del delicioso aroma que el departamento del omega poseía, el cual era una deliciosa combinación de piña, coco, fresas frescas y ¿mandarinas?, simplemente exquisita combinación, aunque le extrañó un poco encontrar uno de sus aromas en el hogar le pareció maravilloso que así fuera, y más cuando notó la veladora aromática que yacía en una de las repisas no muy altas con muchos dibujitos de dicha fruta en ésta ya prendida y al mirar un poco más a la derecha pudo notar un florero con las rosas que él le había regalado al omega, o al menos así esperaba que fuera, lo cual hizo que sonriera en grande y su lobo se sentará sobre sus patas traseras con el pecho erguido con orgullo y meneando la cola por encontrar su esencia y sus regalos hacia el omega a la vista de quién entrara al lugar, por lo que caminó al sillón de la sala felíz y se sentó junto al pequeño cachorro quién miraba la televisión entretenido.
