CAPITULO 46

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JiMin se había despertado en su cama esa mañana con una gran sonrisa pintada en los labios, estiró su cuerpo hasta hacerlo crujir y soltó un sonoro boztezo, había pasado los mejores días de su vida junto a su adorado novio quien cuidaba de él como...

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JiMin se había despertado en su cama esa mañana con una gran sonrisa pintada en los labios, estiró su cuerpo hasta hacerlo crujir y soltó un sonoro boztezo, había pasado los mejores días de su vida junto a su adorado novio quien cuidaba de él como si de la cosa más delicada y valiosa se tratara, y para YoonGi sin duda el hermoso chico de las mejillas regordetas, el que podría ser la cosita más dulce y pervertida a la vez, lo era.

Y la verdad es que el rubio se sentía soñado, durmiendo cada noche en los brazos de su guapo alfa, que aunque aún no lo era oficialmente, esperaba que pronto pudiera hablar al respecto con éste y hacerlo oficial, recibiendo la mordida del más alto en su blanquecino cuello.

La sola idea de ello lo hizo estremecer por lo que empezó a buscar a YoonGi con la mirada por toda la habitación, pues había sido un poco extraño no despertar con los besos del pelinegro sobre todo su rostro y cuerpo como había estado haciéndolo el más alto anteriormente.

Así que revolviendo su rubia melena, retiró las sábanas de su cuerpo pensando que hoy sería un gran día para hablar con su novio sobre la marca en su cuello, claro, solo si el pálido estaba de acuerdo, por lo que se puso de pie y caminó directo al baño con el cuerpo desnudo pues necesitaba darse una ducha ya que, como cada noche, YoonGi lo había hecho suyo dándole el mejor sexo del mundo y debía lavarse los restos de semen seco que aún tenía sobre su cuerpo.

El omega no podía parar de sonreír, pues el solo recordar todo lo que había disfrutado estos días al lado del pelinegro, sus besos, sus caricias, sus atenciones, su compañía y su exquisita voz gruesa llena de exitacion susurrándole al oido lo mucho que le gustaba su cuerpo o como deseaba follarlo, le confirmaban que si, sin duda había pasado los mejores 3 días de su vida.

Salió de la ducha y frunció el ceño pues aún no había escuchado ningun ruido que indicaban que el palido alfa andaba por ahí y eso le desconcertó un poco.

Así que colocando una toalla envuelta sobre sus caderas, salió del baño caminando por la casa mientras que con una toalla más pequeña secaba su cabello y buscaba el hombre de los tatuajes.

Al no encontrarlo por ningún lado suspiró rendido y se encogió de hombros pensando en que tal vez el alfa estába en su propio departamento buscando un cambio de ropa o haciendo alguna cosa importante y volvería pronto, así que caminó a la cocina para calentar algo de agua para café.

Mientras dejaba que el agua hirviera fue hasta su habitación y se colocó ropa interior, unos pantalones de vestir color hueso junto a un suéter del mismo tono, pues quería lucir bonito para su alfa.

Terminó de arreglarse peinando su cabello y colocando algo de bálsamo labial sabor fresa sobre sus esponjosos labios y sonrió al ver su imagen reflejada en el espejo animandose para hablar con el pelinegro respecto a sus deseos de ser marcado, pues creía que el pequeño rasguño en su hombro era de alguna manera, un indicio que el alfa también deseaba marcarlo como suyo.

ROSAS ANÓNIMAS (Finalizada)   - LasManosde YoonGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora