•| Crazy For You |•| Lee Minho

•|Capítulo 11|•

Las seis y media de la mañana, una hora faltaba para que sonara la alarma, ¿por qué se hacía tan largo?, me preguntaba una y otra vez, los medicamentos me habían ayudado a dormirme las primeras horas, y hacer que mi cerebro se sintiera descansado o al menos me daba esa sensación, ya que desde que me desperté no he vuelto a pegar ojo. El insomnio es normal en mi, aunque puedo pasar al extremo de dormir durante todo el día, o tener la necesidad al menos, vivir en un lugar tan peculiar, debido a una enfermedad mental te hace acostumbrarte a cualquier cosa. Esta vez mi mente no me dejaba tranquila con aquellos ojos llenos de enfado y dolor, repitiendome la misma frase una y otra vez. Como siempre acababa odiando a mi cerebro, pero no tenía ninguna manera de remediar eso en un lugar como este, donde lo primero que hacen es convencerte de que no lo hagas o más bien, dejándote sin posibilidades de hacerlo, aunque lo entiendo perfectamente, es por el bien de uno mismo, pero para mí el único bien que me harían es no estar aquí.

Me levanté de la cama, paseandome por esta como había hecho las últimas dos horas y treinta minutos pasados, sabía que si ahora entraba en la habitación de Sae, si está durmiendo, me crucificaría y me tiraría por la terraza del psiquiátrico, no me desagradaba la idea de morir, pero de esa manera no. Podía ir a hablar con un enfermero para que me dé algo para dormir, pero como siempre le tendrán que informar a mi psiquiatra, y no me apetecía nada después tener que hablar con ella sobre el por qué.

Opté por volver a la cama, intentando de nuevo dormirme, cerré mis ojos, inspiré profundamente y espiré, así varias veces, parecía que me tranquilizaba pero mi cuerpo no quería entrar en la primera fase del sueño, había creado un muro invisible contra este, en el cuál se repetía la misma imagen.

Mi alarma sonó, abrí mis ojos, preguntandome en que momento me había dormido, pasé mis manos por mi cara, y apagué la alarma, incorporándome en la cama. Miraba la pared mientras dejaba que pasará un poco el tiempo, para no salir con todo la gente en el pasillo, me levanté de la cama, dí una mirada rápida a la ventana, me dirigí a la puerta para abrirla y salí de esta.

Caminaba por el pasillo, ahora más solitario, aunque los colores grises aparecían debido al alguna persona que andaba igual que yo a pesar de la  prisa con la que iban los demás, yo en cambio, no deseaba llegar tan rápido. No tardé mucho, para mí desgracia, observé a mi alrededor, buscando a Sae, aunque una parte de mí también lo buscaba a él, ya no me parecía raro que no estuviese. Fuí a la mesa donde estaba Sae haciéndome un gesto con la mano para que fuera.

—Hola Jiyeon...vaya ojeras—Saludo después de quedarse un rato mirándome más de cerca cuando me senté a su lado.

—No he podido dormir mucho—Comente algo tan obvio, pero sentía que tenía que decirlo.

—¿Enserio? Para nada me había dado cuenta—Su tono sarcástico me hizo rodar los ojos—Es por lo de hace unos días, ¿Verdad? ¿No lo has vuelto a ver?—Se apoyó en la mesa con curiosidad aunque con una sonrisa de "Lo se, soy adivina", a lo que asentí—Mira, si quieres te ayudo a buscarlo, pero no te me pongas histérica si no lo encontramos—Me advirtió alejándose un poco de mí, recolocándose en el asiento.

—Vale—Dije apoyando mis dos manos en mis mejillas sujetándome la cabeza, esperando a que trajeran el desayuno.

...

Acompañada de Sae, andaba por los pasillos más atenta a los demás que de por dónde pisaba, y más de una vez me ha tenido que sujetar ella para que no me cayera de bruces contra el suelo. Llevábamos unos veinte minutos, mirando a todos lados, casi todas las salas comunes las habíamos revisado ya, solo quedaba la biblioteca, que era a la que nos estábamos diriguiendo hace un momento hasta que vía al enfermero que le pregunté la otra vez.