Abrí mis ojos, observando el frió techo enfrente de mis ojos, los froté y me incorporé en la cama, sintiendo algo clavado en mi brazo derecho, apartando la sábana que me tapaba, observando una vía intravenosa, recordando todo lo que había pasado, estaba borroso, por lo que pensé simplemente que seguramente me sedaron. Miré a mi alrededor observando una blanca y gran cortina rodeando toda la cama donde me encontraba, viviendo entre blanco durante tanto tiempo estaba empezando a pensar que vivo en los años treinta, todo en blanco y negro. Nadie se había percatado de que estaba despierta y tampoco quería que viniera nadie a romper el silencio que dominaba aquella estancia, y eso era lo que menos quería, me recosté de nuevo en la cama, relajandome de nuevo, aunque no duró mucho aquél sentimiento, las cortinas se abrieron dejando ver a una enfermera, volviendo a cerrar las cortinas detrás de ella.
-¿Se encuentra más relajada?-Pregunto con una pequeña sonrisa mirándome.
-Se podría decir que sí-Contesté jugando con mis dedos debajo de la fina sabana.
—Si se encuentra mal en cual momento hágamelo saber, ahora después vendrá su psiquiatra—Comento mientras volvía por donde había venido.
Me quedé allí sola, aburrida, sin saber que hacer, no podría salir de aquí hasta que no me dieran permiso. Moví mis piernas que se estaban entumeciendo, y escuché mi barriga rugir levemente, tenía hambre. Se lo comunique a la enfermera, y enseguida, me trajo el desayuno. Mientras que comía, escuché la puerta de la enfermería abrirse y unos pasos apresurados junto a la voz de la enfermera preguntando quien era, reconociendo la voz que contesto.
—Vengo a ver a Kim Jiyeon—Escuché decir a Sae, la enfermera le indicó donde estaba, y unos segundos más tarde, las cortinas se abrieron dejandome ver su expresión preocupada.
—Me vas a matar un día de estos—Suspiro aliviada al verme comiendo la tostada y se sentó a mi lado, no sin antes cerrar la cortina.
—Lo siento—Termine de masticar y la miré, observando su cara de "te voy a matar" por lo que seguí comiendo, como si nada.
—Ultimamente solo eres tú la que la lía—Comentó acomodandose en el asiento.
—Al menos ya no somos las dos—Proseguí recordando cuando estuvimos las dos en la enfermería, una cama al lado de la otra, quitamos la cortina que había en medio y no parábamos de hablar, volviendo loca a la enfermero, aunque no era tan bonito el motivo por el que estábamos allí.
—Pero fue divertido, al menos para mí, a ti nada te parece divertido—Apoyó sus brazos en la cama donde me encontraba acostada.
—Las enfermeras y enfermeros pensaran que tengo algún fetiche con tener agujas clavadas en el brazo—Terminé mi vaso de leche, mientras escuchaba cómo se reía.
—Eso ha sonado más a drogadicta que a suicida—Comento después de que se tranquilizará.
—Llevale esto a la enfermera—Cogí la bandeja y se la dí ignorando el comentario que había hecho.
—Como ordene—Se levantó y salió, desapareciendo detrás de la cortina, no tardando nada en volver.
—Bueno, ¿Qué te apetece hacer?—Pregunto volviendo con una sonrisa.
...
Estaba sola, Sae se había tenido que ir, al menos me había traído un libro, el que aún no había terminado, "La vida invisible de Addie Larue", aunque me quedaban escasas cien palabras, las cuales terminaría hoy, al menos eso tenía previsto, ya que me habían dicho que hasta que la psiquiatra digera lo contrario, me quedaría aquí hasta mañana, aunque era bastante aburrido, eran los únicos días en los que estaba más tranquila, seguramente por la medicación que llevaba el gotero situado a lado de mi cama, pero no me gustaba tampoco estar tanto tiempo en acostada sin nada productivo en mente. Le dí un descanso a mi vista, dejando el libro en la mesita auxiliar que estaba al lado contrario del gotero, y cerré mis ojos decidida a dormir, hasta que volví a escuchar la puerta de la enfermería abrirse, abrí mis ojos y escuche como la enfermera hablaba con alguien y después de un rato, la cortina dejó ver la figura de mi psiquiatra.
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•| Crazy For You |•| Lee Minho
Fanfiction❝La vida no es fácil, no te da nada de gratis, eso es un hecho que todos sabemos, la crueldad que se siente al vivirla puede depender de la persona, que elija ver las cosas positivas de la vida, al revés, al fin y al cabo todos somos libres de elegi...
