•|Capítulo 25|•

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Salí de la sala, esta vez ni siquiera me dolía la cabeza y lo único que tenía en ella era el sentimiento de esperanza de que todo hubiera funcionado, había tenido mi última sesión de EMT.

Durante todo este mes que ha pasado, he tenido que acostumbrarme a los síntomas de las sesiones diarias que tenía, había tenido una pequeña mejora, al menos podía sentirla, aunque ha dicho mi psiquiatra, que ahora es cuando empezaré a notar todo, y que sobre todo debía poner de mi parte. No sabía que pensar o sentir, era un caos andante, intentaba hablar con Sae para aclararme, pero me era absolutamente imposible, tenía todo mezclado, había veces que estaba en paz, tranquila, pero otras no sabía que hacer, al menos ahora tenía un poco de esperanza de recuperarme.

Caminé por el pasillo, que ahora conocía a la perfección, llegando a la puerta del pasillo de las salas comunes, toda la tranquilidad que se percibía en el anterior pasillo, se había ido por completo, la pinceladas de negro y gris volvieron a mí, quería salir de una vez, lo tenía cada vez más claro. Llegué al pasillo de las habitaciones, estaba algo más calmado, pero aún podía seguir viéndolas, por lo que caminé con más rapidez, hasta llegar a la puerta de mi habitación, abriendo y cerrandola ágilmente.

Me senté en la cama, mirando la pared blanca, cada vez tenía más dibujos, parece teníamos el objetivo de hacer un mural en mi habitación, aunque ninguno éramos muy buenos dibujando, se notaba la intención que tenía cada uno, ahora pensándolo, solo estamos decorando la mía, también habría que poner en la habitación de Sae y bueno...la de Minho, que sigo sin saber cuál es, me gustaría poder conocerlo más, pero seguía sin abrirse en esos temas, no entendía porque, si son datos irrelevantes, cosas del pasado que ahora no tienen nada que ver, aunque yo tampoco me aplicó esa misma regla, también según en el momento en el que esté, podría ser que me diera igual o que me sintiera más reacia a contar las cosas.

Cogí el libro que aún no había terminado de leer, "Una corte de espinas y rosas", se me estaba haciendo largo, también es verdad que no tenía mucho tiempo, iba leyendo a ratos, además tampoco sentía el mismo interés que otros sin anhedonia, sentirían. Me tumbé y empecé a saborear palabras, algunas veces pensaba que tener una característica tan especial, no era algo malo, sentir más cosas que los demás, en mi caso siempre ha sido un estorbo, espero que eso también cambie.

...

Acababa de terminar de comer, hoy no podrían venir mis padres, han estado visitandome todos los días que podían para saber como estaba con el nuevo tratamiento, siempre iba allí con el dolor de cabeza que me quedaba después de cada sesión, aunque últimamente me había acostumbrado y ya no lo tenía, afortunadamente no había tenido otros síntomas que no fuera ese y mareos, sobre todo los primeros días, incluso el golpeteo en la frente me había empezado a relajar. No sabía que hacer, recordé el número de la página por la que me había quedado, 400, cobarde pero con personalidad fuerte, tan solo me quedaban cincuenta y cuatro páginas para terminarlo, necesitaría un nuevo libro, eso iba a ser muy difícil, Sae me había recomendado algunos más, para cuando llegará este momento, intentar escoger uno por mi misma sería algo caótico, así que seguiría sus consejos.

Salí de la habitación, era el mejor momento, la mayoría estaban en su hora de visitas, por lo que no habría mucha gente por los pasillos y estaría tranquila. Caminé en dirección a la biblioteca, todo estaba muy cerca de mi habitación, era una de las primeras, por lo que estaba cerca de la puerta al pasillo de las salas comunes, puse mi mano en el picaporte cuando estuve enfrente de la puerta, abriendola, entrando en ella, cerrando la puerta detrás de mí. Miré a mi alrededor por si tenía la suerte de ver a Sae, no siendo así, empecé a caminar hacia las estanterías, saludando primero a la bibliotecaria, no sabía en donde podrían estar, no me había querido decir de que iba, no le gustaba hacerme spoilers, ella leé libros de todo tipo, menos de historia, geografía y cosas así, tanto si es de romance, fantasía, aventura...a todas les saca algo bueno y le encantan, a ella le costaba elegir para recomendarme, por una razón diferente a la mía, totalmente opuesta. Me metí en la primera, "Romance", buscaba el título entre todos los libros, era muy diferente al que me había dado ella, además de que me daba poca información. Suspiré frustrada, pasé a los siguientes, fantasía, ciencia ficción, dramática, aventura, incluso cocina, aunque esa era la que menos pensaba que fuera. Llegué a la policiaca, recordando la vez que llame a Minho por su nombre, busqué en esta sección no encontrando nada, pasando a la de novela negra, saboreando cada título, hasta que porfin di con el libro, "El muñeco de nieve" de Jo Nesbo, sorprendiendome la frase que aparecía en la portada, "Cuando la primera nevada caiga, el matará de nuevo", puro marketing incentivando intriga. Lo cogí, me acerqué al mostrador, avisé a la bibliotecaria, y salí de la biblioteca con el libro entre mis manos.

•| Crazy For You |•| Lee MinhoWhere stories live. Discover now