•|Capítulo 2|•

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Me levanté al escuchar el ruidoso pitido de la alarma, estirando mi brazo con pereza, tanteando el botón del reloj, consiguiendo pulsarlo. Aparté la sábana, incorporandome en la cama, viendo la luz que se filtraba a través de las cortinas cerradas. Me levanté, andando lentamente esperando que mi mente se activase, llegando hasta mi escritorio, abriendo mi diario, leyendo la última página escrita recordando que quería investigar sobre aquel chico.

Después de unos minutos sin hacer nada útil, salí de mi habitación, escuchando el ruido que se producía a estas horas, debido a que todas las personas se dirigían al comedor, un degradado de grises y negros, me dejo claro que no sería fácil llegar hasta allí. Tapé mis oídos mientras andaba junto a los demás, resultandome difícil el contraste de colores producidos por el ruido, y el pasillo, empezando a caminar con más rapidez, empujando la puerta que separaba la zona residencial de las salas comunes. Busqué el comedor, entrando por la gran puerta de este, miré notando varias personas ya sentadas en las mesas, intentando buscar a Sae, observando una cabellera castaña apoyado en una de las mesas más alejadas. Me acerqué a ella, sentándome a su lado, le toqué el hombro, no viendo ninguna reacción, sabía que siempre está de mal humor por las mañanas y que no me responde mucho, pero no se.

—¿Estás durmiendo?—Pregunte imitando su posición, esperando a que girará su cabeza para poder verle los ojos.

—Ojalá estuviera durmiendo—Se quejó, girando su cabeza, notando la cara de cansada y las ojeras debajo de sus ojos.
—Quiero descubrir cosas sobre ese chico—Solté directamente viendo como el rostro de cansada cambiaba a uno de más animada.
—Como crece mi pequeña- Pellizcó suavemente la mejilla contraria a la que se encontraba reposando sobre la mesa, saboreando dulzura en sus palabras—¿Y por dónde piensas empezar?—Pregunto apoyando su codo en la mesa y la barbilla en su mano, mirándome atentamente.

—No se—Conteste levantando mi cabeza, mirandola esperando una ayuda, suspiró y me volvió a mirar.

—A ver, como tu mejor amiga en este lugar, no te recomiendo que vayas preguntando a diestro y siniestro a todos—Miró a su alrededor—Hazme una descripción del chico—

—Pues..pelo negro, ojos marrón oscuro, era delgado pero se le notaba los músculos de los brazos, bueno lo único que pude ver respecto a eso, es muy activo y molesto, estatura media, tamb—Dije describiendo la imagen que tenía de él siendo interrumpida.

—Me ha quedado claro, es suficiente—Me miró, y noté un sabor amargo en sus palabras.

—Yo solo he dicho lo que me has pedido—Me crucé de brazo algo molesta.

—Y lo has hecho demasiado bien—Volvió a su misión de conseguir verlo por allí.

—Por aquí no está, ¿No será uno de esos que los tienen encerrados sin poder salir?—Pregunto mirándome con cara algo aterrorizada.

—Peligroso no era o al menos no creo que tanto como para estar en la sala de aislamiento—Dije recordando cuando se coló en mi habitación, parecían que lo perseguían los enfermeros, pero no se.

Después de varios minutos, empezaron a repartir los desayunos, un vaso de leche con tostadas, se podría decir que era la mejor comida de todas las que daban en este sitio. Seguiamos hablando de cualquier cosa, mientras que terminábamos, hasta que unos gritos llamaron la atención de todos, haciendo que se callaran para prestar atención.

—¡Yo quiero mi Cola Cao!—Grito una voz conocida para mí, haciendo que centrará más mi atención en donde procedían los gritos, observando al chico misterioso gritándole a un enfermero y lo que creo suponer que un amigo intentando calmarlo.

—Tranquilo, ya te ha—Dijo el otro chico siendo interrumpido.

—Pero ya sabéis que no me gusta la leche sola, y café no me queréis dar, que hago entonces, responde—Dijo el chico con tono enfadado poniendo un dedo en el pecho del enfermero, el cuál no sabía cómo tratar con él.

•| Crazy For You |•| Lee MinhoWhere stories live. Discover now