•|Capítulo 17|•

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El mes de noviembre casi se estaba marchando y el frió ya se notaba en las calles, aunque en el interior del psiquiátrico no se apreciaba gracias a la calefacción. Había pasado todo muy rápido, quedaba menos de un mes para las vacaciones de Navidad, aunque para mí iban a ser igual que todos los días aquí metida, nada cambiaría, ni me darían ningún permiso para salir, debido en el delicado estado en el que se encuentra mi mente últimamente, estaba llegando a mi límite final, saturada, algo más que hiciera alterar mis emociones, me sería imposible afrontarlo.

Paseaba por el pasillo, no me importaba el ruido, mi mente parecía estar en otro sitio que no era precisamente allí, conmigo, en el pasillo, junto a las demás personas que hablaban, unas más animadas que otras, con sus amigos. Una enfermera había llamado a Sae, por lo que estaba sola en este momento, no me gustaba demasiado la idea, últimamente siempre iba acompañada, no me sentía estable, en cualquier momento podría explotar, no literalmente, solo era un vaso apunto de desbordarse, lo único que me mantenía "bien" era una pequeña esperanza, escondida en lo profundo de mi corazón, la que me decía que todo saldría bien.

Llegué a mi habitación, la examiné con la mirada, cerré la puerta, y me tiré encima de la cama, cerrando mis ojos, inspiré profundamente y expiré unos largos segundos, repetí esa mismo acción, tranquilizando mi corazón. Miré la pared blanca, una idea me vino al ver el solitario dibujo de Minho colocado ahí. Me levanté para acercarme a la mesa, cogí mi diario, arranqué una hoja en blanco y busqué en los cajones una caja de lápices de colores que recordaba tener, empezando a trazar líneas intentando plasmar la imagen que tenía en mi cabeza.

No era muy buena dibujando, pero tampoco se me daba tan mal, observé el dibujo entre mis manos, encontrándole múltiples fallos, sería imposible verle algo bonito y poder sentirme orgullosa de mi misma. Cogí la cinta adhesiva, me levanté de la silla, probé primero donde lo debería poner, hasta que finalmente decidí un lugar, corté un trozo de la cinta, y lo pegué.

Me alejé, sentándome en la cama, observando como quedaba, el gato que había dibujado Minho y el ratón que había dibujado yo, justo al lado izquierdo del primero. No había decidido por nada en concreto dibujar un ratón, simplemente, el gato se comé al ratón ¿No?

Me volví a tumbar y sin darme cuenta, me quedé dormida.

Sueño

Abrí mis ojos lentamente, iba a pasarme las manos por la cara, pero al intentarlo, un sonido metálico me hizo sentir auténtico pánico. Miré a mi alrededor con los ojos bien abiertos, una habitación no muy pequeña, parecía perfectamente normal, un dormitorio nada inusual a excepción de las esposas en mis manos y pies, que me mantenían atada a la cama. Forcejeé, no funcionaba, mis muñecas y tobillos empezaban a doler al tirar de las cadenas, gritar no era la mejor opción pero era la única opción que tenía.

-¡Socorro, ayuda!-Grité, volviendo a forcejear, aguantando mis lágrimas, escuché unos pasos apresurados hacia mi ubicación y pocos segundos después, se abrió la puerta, dejando ver a una mujer, sun

-¡Callate! Este es tu castigo por no obedecer-La reconocí, era una de las muchachas que me cuidaba y se encargaba de mí en el orfanato.

-¿Qué he hecho?-Mi confusión era notable, igual que mis ya incontenibles lágrimas.

-Eso es de lo que tienes que reflexionar aquí-Espetó, cerrando la puerta de nuevo con un portazo.

Hacía todo mal,pero no entendía que debía de hacer, nadie me decía nada, siempre me castigaban y me decían que reflexionará sobre ellos, pero... ¿cómo debía de hacer las cosas bien?

•| Crazy For You |•| Lee MinhoWhere stories live. Discover now