•|Capítulo 14|•

19 3 0
                                        

Escuche la puerta cerrarse detrás de mí, miraba el pasillo como si hubiera ascendido al cielo después de estar en el infierno, nunca había recibido un regalo que deseaba tanto. Caminé junto a ella, intentando tambalearme lo menos posible aunque de vez en cuando me mareaba un poco y me apoyaba levemente en ella. El pasillo estaba igual que cuando llegué, no había mucha gente andando por ahí, lo cual era mejor para mí, tampoco era cuestión de que los que estuvieran aquí me vieran así. No tardamos mucho en llegar a la puerta que dividía esta zona del resto, por una parte sentía pena, era algo triste ser separado del resto por algo que no elegiste y no puedes decidir, que te consideren peligroso para los demás y para ti mismo, pero por otra parte lo entendía perfectamente. Cuando abrió la puerta me sentí en lo más profundo de mi, libre, era una diminuta sensación que no me disgustaba, salí y cerró la puerta detrás de ella, para seguir caminando, notando como mi mente borraba parte de mis recuerdos de allí dentro, no sabía si voluntariamente o por culpa del estado en el que estaba por la medicación, pero no me importó mucho. Enfrente de la puerta del pasillo donde habitualmente pasaba todos mis días, la abrió invitándome a pasar.

-Ya nos veremos de nuevo-Se despidió de mí cuando entré en este, haciéndome dar un vistazo atrás, viéndola hacer un ademán con la mano y cerrar la puerta.

El ruido característico de aquél pasillo volvió a mí, viendo las pinceladas grises y negras, parecía que este era el pasillo de los niños de infantil y el otro de la universidad, suponiendo que sería más tranquilo, nunca he estado en una. Caminé por este observandolo detenidamente, como si buscará algo que hubiese cambiado en tan solo un día, abrí la puerta que separaba las salas comunes de las habitaciones, y busqué la mia, dándome cuenta de un detalle, las habitaciones en donde había estado antes no llevaban ningún número asignado, en cambio estás sí, detalle sin relevancia. 067, abrí la puerta y como hacía siempre, revisé que todo estaba en su sitio, con más razón que nunca, sorprendiendome de algo, Sae estaba acostada en mi cama, bueno ahora estaba sentada, mirándome con una amplia sonrisa y unos ojos tristes.

-No me avisaste, me volví loca buscándote, hasta que la enfermera me lo contó, ¿Estás bien? No luces muy viva que digamos-Se levantó de la cama para acercarse a abrazarme, notando su preocupación en sus palabras.

-Sí, estoy bien-Mentí mientras me sentía rara, sabe que no me gustan los abrazos, pero lo correspondí, no quería preocuparla más de lo que ya estaba.

-¿De verdad? Si lo hubiese sabido hubiera hecho lo que fuera porque no estuvieses sola, debes de haberlo pasado mal, ¿Seguro que estás bien?¿Has comido algo?-La interrumpí antes de que me hiciera alguna pregunta más.

-No te preocupes, todo está bien, te preocupas siempre demasiado-Intente tranquilizarla separándola un poco de mí algo incómoda viendo una pequeña sonrisa.

-Lo siento, me preocupo muchas veces como si fueras la hermana pequeña que nunca tuve-Río levemente volviendo a sentarse en la cama indicandome que me sentará junto a ella.

-¿Y tú qué tal?-Pregunte acostándome directamente pudiendo relajar mis músculos, sintiendo como dolía cada uno de ellos como si hubiese hecho una maratón interminable.

-Bueno, no dormí mucho incluso después de saber que estabas allí, y tampoco he comido-Me miró avergonzada dándose cuenta de que me estaba preguntando a mí por cosas que ella no había hecho.

-Que tengas apnea del sueño o anoréxia no justifica que no hayas hecho ninguna de las dos cosas-Comenté con firmeza en mi tono de voz, preocupándome por ella.

-Ya lo se-Rodó los ojos acostándose a mi lado-Siempre intento ayudarte pero me olvido de hacerlo conmigo, tengo tan asimilado dentro de mi lo que me dijo ella que se me hace imposible-Suspiro frustrada mirándome con una sonrisa.

•| Crazy For You |•| Lee MinhoWhere stories live. Discover now