•|Epílogo|•

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Ha pasado un año y medio desde que pisé suelo estadounidense, fuera de mi país natal. En ese momento no sabía cuánto iba a cambiar mi estilo de vida, nunca había salido al extranjero, tampoco había tenido mucha curiosidad sobre saber cómo son otras partes del mundo, pero me había visto obligada a descubrirlo por mi misma, sin ningún aviso previo. Todo es muy diferente, comida, sociedad, vestimenta, lugares, formalidades, costumbres...cuando digo todo, es realmente todo, no entendía nada, había tenido que aprender desde el principio y creo que me he integrado demasiado bien, pero no me disgusta. Respecto a lo que deje atrás en Corea, hablaba con Minho a diario, mis sentimientos no habían cambiado a pesar de la distancia, si es verdad que me resultaba duro tener que verlo a través de una pantalla, y muchas veces me he planteado si es lo que realmente quiero. De igual forma sucedía con Sae, aunque con ella era todo mucho más fácil, si no empezaba yo la conversación, lo hacía ella contándome cualquier cosa aleatoria que le hubiera pasado ese día.

Mi vida aquí no era para nada igual a la de allí, al principio tuvimos que quedarnos en un hotel, hasta que la empresa le asignará un piso en donde hospedarse, fue más divertido estar en el hotel, podíamos utilizar todos los servicios de él, hacían muy buenos masajes. Cuando nos mudamos definitivamente, comencé a ir a la universidad después de trasladar mi expediente académico, el idioma al principio hizo de barrera, pero poco a poco me fui acostumbrando, hice amigos, visitaba la playa junto a ellos, fui por primera vez a una fiesta con alcohol...Muchas nuevas experiencias que me han hecho cambiar de parecer de la vida, a saber disfrutarla más y a conocer lo bonito que son los detalles, estaba cambiada tanto física como mentalmente, me encantaba la nueva yo que estaba conociendo, y tan solo esperaba el momento de volver a Corea para poder dar a conocer lo que era ahora.

Un año y medio en California que había sido mágico, pero ahora no volvería al pequeño piso donde compartía habitación con Minjun, sino a mi país. Bajé del avión con una sonrisa, la emoción me recorría por dentro, quería volver a abrazarlos, a verlos, además sabía que me habían hecho una fiesta de bienvenida en casa de Sae y no podía esperar más para poder celebrarlo con todos ellos. Andamos por el largo pasillo que llevaba a la sala de espera interna, lugar donde había esperado mis últimos minutos en este país. Llegamos e hicimos cola para recoger nuestras maletas de la cinta, estaba ansiosa, quería salir ya de aquí, ver qué cosas habían cambiado, si todo estába igual, cualquier cosa. Ví nuestras maletas que salían en la cinta, corrí rápidamente, bajando las todas, agarré la mía y empecé a andar con prisa, hasta salir de la gran estancia, pasando a otra aún más amplia y con más gente, en donde yo me despedí de Minho.

Lo busqué inconscientemente, no sabía si había venido o si estaba en casa de Sae últimando algunos detalles, realmente las dos me eran muy probables. Esperé a que mis padres y Minjun llegarán a mi altura para después continuar nuestro camino hacía la salida, pero de un momento a otro, escuché a alguien gritar mi nombre, me paré en seco con el corazón encogido y me giré para ver de quién provenía ese grito.

-Minho-Susurré casi inaudible, dejando la maleta atrás, y corriendo en su dirección, sintiendo como las lágrimas amenazaban con salir.

Llegué a su lado y salté sobre él abrazándolo con todas las fuerzas que tenía, me sujetó entre sus brazos, enrollé mis piernas alrededor de su cintura y puse mis manos en sus mejillas haciendo creer a mi mente que era real...estaba aquí...junto a mí...era él...de carne y hueso, no una imagen en una pantalla. Cerré mis ojos, impidiéndole a las lágrimas seguir saliendo, y acorté la distancia entre nosotros, volviendo a saborear esos labios que tanto había echado de menos durante este año y medio. Nunca pensé que podría llegar a sentir tantos sentimientos con tan solo un simple gesto, pero eso me lo transmitía él, felicidad, alegría, pasión, tranquilidad, amor, cariño, preocupación...No quería que este beso terminará nunca, quería permanecer a su lado, no quería separarme de él, después de tanto por fin podía estar a su lado como tantas veces habían deseado durmiendo en aquel lugar lejano. Me separé de él y apoyé mi frente contra la suya, empezando a reír sin razón aparente, sentía tanta emoción y felicidad que tenía la necesidad de compartirla con los demás, lo necesitaba.

•| Crazy For You |•| Lee MinhoWhere stories live. Discover now