•| Crazy For You |•| Lee Minho

•|Capítulo 7|•

Dos semanas pasaron como de costumbre, aunque más diferente de lo que me podría llegar a imaginar, una persona se había acoplado en mi rutina, sin quererlo ni desearlo, unos dirían que es realmente molestó estar con él, pero para mí, solo lo hace más "entretenido", como dice Sae. Es raro el día el cual no tenga que sacar a Minho de algún aprieto, le gusta siempre causar problemas, no se de dónde se saca cada idea que hace, supongo que es parte del funcionamiento de su mente.

Caminaba por el pasillo con un objetivo en mente, ir al comedor, me había quedado sumergida en mis pensamientos, y iba algo tarde de lo habitual, aunque era mucho mejor ir a estas horas, te ahorras unos empujones y gritos extras, aunque seguramente me preguntará algún enfermero si me ha pasado algo, no descarto la situación. Llegué al siguiente pasillo, encontrándome en el umbral de la puerta del comedor en escasos pasos, viendo cómo se acercaba un enfermero a mi, como había supuesto.

— ¿Está bien?—Cuestiono pareciendo preocupado, aunque el sabor neutral en sus palabras lo delataban.

—Sí, solo me quedé dormida—Conteste intentando ser lo más amable posible, recibiendo una sonrisa de su parte, terminando por alejarse  de mí.

Continúe mi camino, observando a Sae saludandome con la mano y una sonrisa en su cara, pero una voz a mi izquierda, hizo que me parará, extrañada y confusa.

—Callate que tú te sacas los calcetines a bocados—Escuche decir a...¿Minho? ¿Enserio? gire mi cabeza al lugar de donde provenía la voz, confirmandolo, llamando la atención de los de la mesa, notando como me ganaba la mirada de todos, incluida la de Minho.

—Aquí hay gente para todo, no te juzgo—Le dijo al chico que supongo que le había dicho eso, excudándose, para después levantarse andando en dirección en la que me encontraba—Hola Jiyeon, ¿Qué tal?—Preguntó con una sonrisa, como si nada de lo anterior hubiese pasado.

—Bien...supongo—Conteste confundida, siguiendo mi camino, escuchando a mi lado los pasos de él.

—¿No te importa cómo estoy yo? Eso es muy feo de tu parte, respeta a tus mayores—Me replicó ofendido colocándose a mi lado, sintiendo la mirada curiosa de varias personas en nosotros.

—Ni siquiera me has dicho tu edad, no supongas que soy menor por mi altura—Comenté llegando a la mesa donde estaba Sae, la cual miraba la escena divertida.

—24 de octubre, 18 años—Me extendió su mano con una amplia sonrisa, no entendiendo bien que quería que hiciera.

—28 de diciembre...17 años—Dije igual que él, juntando mi mano con la suya, su tez era muy suave, como si estuviera tocando una nube, no me desagradaba.

—¿Qué es esto? ¿Un pacto satánico? Me uno, 23 de junio, 20 años—La voz de Sae interrumpió en mis tímpanos, junto a su risa.

—Nunca he hecho un pacto satánico, ¿Habrá libros en la biblioteca de eso?—Cuestiono Minho cruzando sus brazos.

—No lo quiero saber—Me senté en la mesa, viendo cómo Minho también se sentaba a mi lado, haciéndome un sándwich con Sae.

Continuaron hablando sobre cosas de pactos satánicos o cosas así, por lo que desconecte, además de que nos trajeron el desayuno, pero eso no impidió que dejarán de hablar de cosas extrañas. Desayunamos,  aunque Sae como siempre comió poco, y nos dirigimos a mi habitación, la cual estos días se había convertido en la sala de reuniones, de hecho, ahora la pared no estaba tan vacía, Minho me hizo un dibujo, aunque la verdad no sé muy bien porque, o que significaba, pero él dice que algún día lo descubriré, "la prisa es mala", demasiado filosófico para que lo dijera él.

Entramos los tres, no sin antes hacer mi revisión de la posición de cada cosa, quedándome más tranquila, no teníamos llave para cerrarlas, solo los enfermeros disponen de ellas, por lo que, si hay algo fuera de sitio, es porque un entrometido ha tocado mis pertenencias, y eso no me gusta.