Han pasado unas semanas desde que mi tratamiento término, se podría decir que he mejorado, eso al menos es lo que me dice mi psiquiatra, además aún me estoy adaptando al nuevo sentimiento, el afecto, lo estoy interiorizando y así seguir adelante con las demás emociones que se me presenten, estoy ansiosa por salir de aquí, pero aún me quedaban muchos pasos por dar. Le conté a mis padres sobre lo que estaba sintiendo, nunca le he hablado sobre mis sentimientos o emociones antes, ya que cuando estábamos en casa, nunca tenían tiempo para mí, pero reuní todas mis fuerzas e hice el esfuerzo, saliendo mejor de lo que me esperaba, parecía que todo empezaba a ir en mi favor, y tan solo deseaba que siguiera yendo así.
Tenía la bandeja de comida enfrente mía, pero no tenía hambre, además de que ya no me veía obligada a comer, me habían quitado las pastillas para poder verificar que mi mejora es cien por cien atribuida al tratamiento, me sentía algo extraña, no sabía porque era, a lo mejor es simplemente mi percepción. No había visto a Sae en todo el día, me parecía extraño, siempre desayunamos juntas, como si me estuviera evitando.
Me levanté de la silla, alejandome de la mesa donde estaba la comida, para acostarme en la cama, abracé mis piernas, me habían robado el peluche que regaló Sae la última vez que acabé en la enfermería por cortarme, hace unos días entré en la habitación y simplemente había desaparecido, no sabía quien había sido ni como, pero ya no estaba por ninguna parte, dormía abrazada a él, me evitaba algunas veces tener pesadillas, por ello, últimamente no he estado durmiendo demasiado bien.
Decidí coger el libro que estaba encima de mi mesilla de noche, no había cogido otro nuevo, aún no me había acabado la novela negra, me estaba pareciendo muy aburrido todo, prefería que fueran al grano, pero la trama se entrelazaba entre sí, confundiendome muchas veces y desesperandome, ya me había pasado con varias novelas que ella me había recomendado, como es normal nuestros gustos no son los mismos y para colmo yo no sabía que me gustaba, por lo que era raro alguno con el que no sucedía algo parecido. Iba de un señor que mataba mujeres y en la escena del crimen hacía un muñeco de nieve, como si fuera su marca, su huella de identidad, algo estúpido, pueden encontrar patrones que relacionen a las víctimas, bla bla y al final acaben pillando al asesino con más facilidad. Abrí el libro por la página por donde me había quedado y continúe leyendo esperando encontrar algún momento en el que no me aburriera.
...
Suspiré aburrida, miré la página, 356, un número muy creativo pero cabezota, cerré el libro y lo dejé encima de la mesilla de noche, escuchando en ese instante unos toques en la puerta, asustandome dejando caer el libro al suelo. Lo recogí, dejándolo en su sitio y me acerqué a la puerta, la abrí encontrándome a Minho, en vez de al enfermero que pensaba que era.
—¿Qué haces aquí?—Lo miré confusa dejando que pasará.
—Estamos en el tiempo libre, ¿Qué tiene de malo?—Al escucharlo, miré el reloj, dándome cuenta de la hora que era, se me había pasado el tiempo volando y ciertamente estábamos en el tiempo libre.
—Nada, se me ha pasado el tiempo volando—Cerré la puerta mientras hacía un gesto con la mano quitándole importancia.
—Si me quieres echar estás en tu derecho—Levantó sus manos dejándome a mi toda responsabilidad.
—Ya que estás aquí, quédate—Suspiré, me acerqué a la cama y me senté en ella, esperando que me dijera que hacía hacía aquí, lo miré, estaba observando el contenido de la bandeja de comida que aún seguía encima de la mesa.
—La comida de aquí sabe a mierda—Volvió a taparla, para acercarse a mí, dejándome algo confundida por su comentario—He venido porque tengo una sorpresa para tí, además me ha estado ayudando Sae en unas cositas—Abrí mis ojos al escuchar el nombre de Sae, encajando todo, por eso no la había visto en todo el día, había estado con él.
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•| Crazy For You |•| Lee Minho
Fanfiction❝La vida no es fácil, no te da nada de gratis, eso es un hecho que todos sabemos, la crueldad que se siente al vivirla puede depender de la persona, que elija ver las cosas positivas de la vida, al revés, al fin y al cabo todos somos libres de elegi...
