•|Capítulo 32|•

16 3 0
                                        

Trace la línea intentando plasmar todo lo que sentía en ese momento, estaba abrumada por un sentimiento de inquietud dentro de mí, no me dejaba en paz, se combinaba con las demás emociones creandome un caos que no entendía, quedando plasmado en la hoja entre mis manos, quería estar tranquila, pero era imposible cada vez que esa persona venía a mi mente, no era por nada malo, todo lo contrario, era demasiado bueno como para que pudiera procesarlo. Me había adaptado a todo lo anterior, incluso podía considerarme una persona...¿Alegre?, No sabía explicarlo con precisión, pero me encontraba animada y bien, me daba esperanza cada día, pero...estos últimas semanas, donde he sido más consciente de mis emociones que nunca, está sucediendome algo que no podía controlar, tenía los nervios a flor de piel, quería afrontar la situación, pero no me sentía valiente para poder decirle algo. Tampoco quería llamarlo por su nombre, debido a la inseguridad que sentía en ese tema, tenía mucha confianza con esa persona, había tenido también algún que otro momento que me había hecho dudar sobre si lo que sentía era solo amistad, quería confirmar que no era así, aunque no sabía de qué modo.

Acabé de comer, sentía mi estómago lleno, esta vez me había comido todo, tenía demasiado hambre, desconocía el motivo, pero estaba muy agusto. Me tumbé en cama, mirando él techo, sintiendo como el peso de mis párpados aumentaba, cediendo.

...

Me incorporé en la cama, frotando mis ojos al escuchar unos toques en la puerta reconociendo la melodía...era Minho.

-Adelante-Grité sintiendo los nervios recorrerme, viendo la puerta de mi habitación abrirse, dejando ver a un sonriente Minho.

-Hola pequeña, ¿Qué tal?-Su sabor suave predominaba en cada palabra que pronunciaba, abracé mis piernas, intentando protegerme, más bien, relajarme.

-Bien, bien, como siempre-No sabía que decir, cuando estábamos los dos solos, últimamente no puedo controlar los nervios, nunca había tenido esta sensación, quiero dominarla pero es imposible.

-Eso me alegra-Sonrió ampliamente, sentandose en la cama cerca mía, apartándome un poco con sutileza.

-¿Qué querías?-

-¿No puedo hacerte compañía? No me gusta que estés sola-Sonreí tímidamente, no...no quiero mostrarle algún signo de aprobación ante lo que ha dicho.

-Puedes hacer lo que quieras, no tengo autoridad sobre tí-Levanté mis hombros, teniendo una lucha interna sobre si debía mirarlo o continuar con la mirada fija en mis rodillas.

-Tienes más de la que piensas-Lo miré confundida, intentando resistirme ante su sonrisa, no entendía que me pasaba, tampoco quería ponerle el nombre que se me venía a la mente continuamente, además de Sae diciendomelo también, estaba sintiendo muchas cosas este último mes, pero esta me estaba superando. Suspiré relajandome, tomando las riendas de nuevo.

-Entonces si te digo que te pegues a ti mismo, ¿Lo harías?-Sonreí divertida obteniendo una mala cara.

-¿Por qué tanta violencia? No es bueno para tu salud, no deberías leer esas novelas negras-Bufé enfadada mirándolo desafiante.

-No tienes autoridad para decirme esas cosas-

-¿A no?-Se acercó a mí con una sonrisa burlona.

-No...-Me aparté un poco, sintiendo como mi brazo se pegaba a la pared, entrando en pánico interno, sabía que él no tenía otras intenciones, solo quería molestarme, pero no se daba cuenta de las sensaciones que me transmitía.

Lo miré fijamente, su mirada pasó de una burlona y divertida, a una más seria...incluso, se podría decir también...cariñosa...el destello extraño en sus ojos me llamaba cada vez más atención, era como si me quisiera transmitir todo lo que sentía con solo una mirada. Cogí valor acercándome a él, nos quedamos a escasos centímetros el uno del otro, nuestras narices casi se rozaban, sentía su respiración, era tranquila pero sabía que también estaba nervioso, era un caos total, cogí aire y terminé de acortar la distancia entre nosotros, cerré mis ojos y sentí el tacto de sus labios contra los míos, mi corazón intentaba salirse de mi pecho, ¿Ahora que debía hacer?, nunca había besado a nadie...era mi primera vez. Sus labios aterciopelados se movieron con la delicadeza de una rosa, torpemente intenté seguirlo, sabía que no lo hacía bien, pero hacía mi mayor esfuerzo, estaba avergonzada, apreté las sábanas de la cama intentando encontrar una forma de relajarme mientras seguía concentrada sus labios, dejándome una sensación de vacío cuando se separó de mí, abrí mis ojos levemente, mis mejillas ardían, sus ojos me miraban con cariño junto con una sonrisa en su cara, escuchando una leve carcajada de sus parte, confundiendome.

•| Crazy For You |•| Lee MinhoWhere stories live. Discover now