•|Capítulo 21|•

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Me levanté de la cama con el oso de peluche que me regaló Sae, me sentía cómoda con él, aliviaba mi mente, aunque sólo fuera un poco. Estos últimos días he estado muy ansiosa por salir de aquí, desde que Minho me llevó a la terraza, estar tan cerca de la libertad, el viento del exterior meciendo mi pelo, era un sentimiento desconocido que no me desagradaba, y en lo más profundo de mí, lo anhelaba. Me senté en mi silla, y me puse a revisar el diario, el cuál le quedaba una sola hoja, la estaba reservando para algo especial, no sabía con que rellenarla o que sería aquél acontecimiento tan maravilloso que escribiría en la última hoja, que ahora estaba en blanco. Había tenido que seleccionar que escribía en las últimas hojas, aprovechando el espacio lo máximo posible, resumiendo muchos días como "Nada", algo triste para alguien ajeno a mí que lo lea, pero tampoco es que lo vaya a tener alguien como tal, seguramente acabe en una papelera o en el fondo de un cajón, intentando recordar lo menos posible estos recuerdos. Ahora que lo pienso, ya se había acabado el año, y estamos en uno nuevo, pronto celebraría tres años en este sitio insoportable, aunque ojalá no cumplirlo, y salir de aquí lo antes posible.

Pasaba las páginas, sin mucho interés, encontrando el día que Minho se coló en mi habitación por primera vez, haciéndome pensar, habían pasado solo unos meses desde que lo conocí, pero parecían años, además de que lo conocía demasiado, supongo que por su personalidad extrovertida, aunque muy tímida en los temas personales, tenia curiosidad de esa parte, pero nunca era el momento, además de que su sabor amargo cada vez que habla de ese tema, no me gusta.

Moví mi cabeza, apartando esos pensamientos de mi mente, apreté con más fuerza el peluche contra mí, me levanté de la silla, en dirección a la puerta, era tiempo libre, así que, voy a pasearme por los pasillos, a ver qué sucedé. Caminé por estos, no se escuchaban muchos ruidos, por lo que solo eran matices grises, y de vez en cuando, algo muy raro para ser la hora que es. Unas voces salían de la sala chupilandia, resultandome familiares.

—Tio, Félix, es que no puede ser—No sabía a quién pertenecía esa voz, pero el nombre que había escuchado sí, era el chico rubio que conocí en el comedor.

—Venga va, dejar de quejaros, quiero que me ayudeis—Reconocía la voz de él, ciertamente era el Félix que yo conocía.

Llegué al umbral de la puerta, observando al único grupo de chicos que había en la sala, no había nadie más, solo Hyunjin, Jisung, Minho y Félix, sentados en unas sillas alrededor de una mesa, parecía un reunión super sería, si no fuera por el nombre de la habitación y el lugar donde se encontraba esta. Me acerqué sin más, no tenía muchas cosas que hacer, podría pasar un rato, y mi psiquiatra no me diría que tengo que socializar, todo ventajas.

—Hola chicos—Llamé la atención de todos, sintiéndome algo intimidada, pero continúe andando.

—Hola, hace mucho que no nos vemos—Habló Félix, sonriendome, no pudiendo devolverle la sonrisa.

—Coge una silla y siéntate con nosotros—Dijo Hyunjin invitándome a estar con ellos, aunque lo fuera a hacer igual.

Fuí a por una silla, la coloqué entre Hyunjin y Minho, eran los únicos que conocía un poco más, me sentia más cómoda, aunque pensándo un poco, era raro que Minho no hubiera hablado, ni siquiera saludado con palabras.

—Estabamos ofreciéndole nuestra ayuda a Félix, le han roto el corazón al pobre—Jisung hizo acto de presencia, poniéndome en contexto.

—Yo no entiendo de eso—Miré a Félix negando con mi cabeza, nunca me había enamorado, y si lo había hecho, ni siquiera me acordaba.

—Olvidate de ella, no merece la pena arrastrase por alguien que no te quiere—Le dió unas palmaditas Hyunjin, intentando consolarlo.

—Vamos a matar gente—Un silencio se formó entre todos al escuchar la propuesta de Minho, para segundos más tarde, todos estallaran en risas, mientras que yo lo miraba confundida.

•| Crazy For You |•| Lee MinhoWhere stories live. Discover now