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Una vez que Mingjue se vio consciente de nuevo, no toleró objeciones y se dirigió a Lanling, debía arreglar todo este desastre lo antes posible, dejo a Huaisang a cargo y se fue.En cuanto pisó la secta Jin sintió como algo no iba bien, a pesar de que no dió aviso de su llegada y por ende no esperaba ser recibido, tampoco esperaba encontrar los pasillos casi vacíos. Igual no era de su incumbencia, a paso apresurado se abrió camino al que sabía era el estudio de Jin GuangYao. No se molestó en tocar.
-¿Me puedes explicar que diablos es eso de "invitado"? ¿De cuando acá se invita a criminales?- no gritó pero su voz ya era naturalmente fuerte.
Con una mirada tranquila Jin GuangYao dejo de lado el papeleo de su escritorio. -Da-Ge, no sabía que vendrías-.
-Dejate de esas mierdas y responde, ¿Qué mierda esta tramando ese viejo Jin?- siguió furioso, no estaba de humor para cortesías tontas.
-Ya te lo he dicho en la carta que mandé, son asuntos de la secta Jin y...-
-¡También son mis asuntos!- golpeó el escritorio con su puño. -Son mis asuntos si ese maldito invitado suyo se mete en MI territorio y hace su brujería, ¿Qué no tu padre odia a los herejes? ¡O es solo una fachada más de su inutilidad para darle un castigo adecuado a ese criminal!-. Se sentía pesado, su cuerpo empezaba a temblar levemente por todas las emociones.
Jin GuangYao se quedó estupefacto pero su rostro no titubeó, ¿Qué tanto sabía el líder Nie sobre Xue Yang? ¿Qué había hecho ese mocoso?
-No sé de qué hablas, dijeron que solo eran rumores él no hizo nada- empezó a defender.-¿No? Sino fue él entonces...- empezó a mover su vista por la habitación, acomodando sus ideas, este pequeño mentiroso. -¡Entonces tú eres el responsable!- señaló con su dedo. -Dime ¿Qué otros secretos de mi secta utilizas para tus trucos sucios?- fue directo, lo estaba causando por los distrubios en su cementerio sagrado y si el invitado no era el responsable entonces Jin GuangYao podría serlo. Y lo vio, como su mirada flaqueo un segundo, y una gota de sudor bajó por su frente, ah, había dado en el clavo.
Por otro lado, el Jin estaba máquinando tan rápido como podía, ¿Cómo lo supo? ¿Quién lo había delatado? ¡No! era imposible, nadie sabía no había manera... No habia. Apretó los puños y se dió un segundo, analizando al contrario, estaba temblando, podía sentir su energía más fuerte, no solo su presencia parecía desesperada quizás... Estaba apunto de sufrir una...
Sus puños se apretaron, otro plan que debía adelantarse. -Da-Ge tranquilo, no estás bien- rodeó la mesita que los separaba e intento tocar el brazo contrario.
-¡No me toques! Solo contesta lo que te he dicho, ¿Es así verdad? Debí saberlo, que no eras de fiar- bufó molesto. -Se lo dije mil veces a Xichen pero es un...- un fuerte dolor en su cabeza lo detuvo, era una vibración fuerte, como si hubieran golpeado una enorme campana de metal justo en su oído. Por inercia subió ambas manos para cubrirse y cerró los ojos.
Jin GuangYao veía todo atento, seguía dudando si hacerlo, si no, como hacerlo, pero cuando menciono a su adorado Er-Ge no pudo evitar empujar toda la energía que pudo juntar en sus manos, al pecho del mayor y así sobrecargarlo. Cuando lo vio aturdido mordió su dedo derecho sacando un poco de sangre y trazó algunas runas en el aire, que pronto brillaron y desparecieron empujandose hacía el Nie, que no podía prestar atención.
Su consciencia parecía flaquear, todo su cuerpo vibraba sin parar, no podía mantener su energía tranquila. Con pequeños gruñidos retrocedía, era él, sabía que él le estaba haciendo esto, debía detenerlo ahora o causaría más daños. Con toda su fuerza de voluntad destapó uno de sus oídos y estiró la mano a Baxia, la apunto a Jin GuangYao y sin dudar separó su cabeza de su cuerpo, casi ríe en gozo al ver lo fácil que había sido, pero se detuvo, uno más lo veía desde su flanco derecho.
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Decisiones de Hermanos
FanficEn el interior del cuarto de Wei Wuxian en los Túmulos Funerarios, mejor conocido como la Cueva del Demonio se podían escuchar los gritos de un estresado Jiang Cheng. - ¡Porque si sigues haciendo esto no voy a poder protegerte! - ¡Entonces no lo hag...