[WOMAN LIKE ME; LITTLE MIX] ❛ ¿𝗽𝗼𝗱𝗿𝗶́𝗮𝘀 𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗺𝘂𝗷𝗲𝗿 𝗰𝗼́𝗺𝗼 𝘆𝗼? ❜
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Me encontraba meneando mis caderas al compás de la música al asqueroso hombre que me toco atender, ser stripper tiene sus desventajas y una de ellas es que te tocaran viejos verdes. Seguí así por unos minutos más, hasta que el tiempo se acabo y el cliente por fin se fue. Tome mis cosas lista para irme, no sin antes pasar por mi dinero.
—Buenas, Babette. —salude a la dueña del lugar. —¡_____! ¿Qué tal el día de hoy?
—Fue bueno, espero que la paga lo sea también.—me asintió con una sonrisa, la observe sacar una pequeña bolsa, que me entrego tan pronto la lleno de monedas. La tome abriéndola para ver su interior.
—Felicidades, mas que el día de ayer.—le regale una sonrisa, me despedí y con los mejores ánimos del mundo camine hacia casa.
Al llegar una figura pequeña abrazo mis piernas, era Powder quien estaba muy emocionada por mi llegada, la tome en brazos, dándole un sonoro beso en la mejilla, escuche su risa y sonreí. Aun con la niña en brazos me encamine a la cocina, encontrándome con los otros niños y Vander en la mesa, esperándonos para comer.
—¿Para mi? —pregunte al acercarme y ver en la mesa una cantidad de comida suficiente para nosotros, olía delicioso. — Huele muy bien, también se ve comible. Mis felicitaciones al chef.
—¡Yo la hice! —alardeo Mylo, le dedique una sonrisa mientras sentaba a Powder en una silla, yo igual me senté en la mesa, a mi costado derecho estaba Vander quien dejo un beso en mi mejilla.
—A comer, niños. Violet sirvele a Powder, por favor. Claggor, no pelees con Mylo.
Comenzamos a comer entre risas y anécdotas, Mylo había hecho un gran trabajo con la comida. Al terminar mande a los niños a la cama, al asegurarme que estuvieran arropados, me dirigí a mi habitación agarrada de la mano de Vander.
Al llegar al cuarto me saque mi camiseta y pantalón, rebusque en la cajonera una camisa de mi esposo que usaba para dormir. Me acerque a él tomando su mano y posándola sobre mi cintura, mis brazos fueron hacia su cuello donde junté mis dedos detrás de su nuca, lo acerqué a mi rostro.
Junte nuestros labios en un beso tranquilo, acaricie su nuca mientras nuestros labios seguían danzando, el aire nos comenzó a faltar así que me separé. Observe su rostro, estaba sonrojado y con una sonrisa tímida.
—Sigues siendo tímido, que dulzura.— me burle soltando una risilla. Volví a tomar su mano, esta vez dirigiéndolo a la cama. Nos acomodamos para dormir, yo con cabeza en su pecho y él con su brazo en mi cintura.
Cerré mis ojos, cayendo en el mundo de los sueños.
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